Batallas campales y ausencia de mando tienen al gobierno de Nahle fuera de control

LineaCaliente   Edgar Hernández*
La gobernadora Rocío Nahle tiene al enemigo en casa.
Desde ringside de su silla embrujada de Palacio observa como sus equiperos se matan a chayotazo limpio.
De cómo Buchilanga le da a Burundanga.
De las agresiones entre secretarios y subsecretarios, directores y subdirectores, legisladores y dirigentes de partido que se dan hasta con la cubeta.
Todo en una lucha de chayoteros contra chayoteros quienes por consigna y un billetito -o billetote- destruyen nombres y honras.
Que si al violador Manuel Huerta ya no le gustó un nombramiento o le cae en la punta del ombligo toda decisión política de Nahle; que si a Gómez Cazarín con sus francotiradores se da vuelo contra el líder cameral Esteban Bautista y esa permisividad de Eleazar Guerrero con el manejo presupuestal de localizadas oficinas en Seguridad Pública y el DIF.
O que si el amo de intendencia de la SEGOB observa al de la oficina de al lado como su más cercano y peligroso sucesor y lo arria a madrazos periodísticos utilizando el “talento” de Olivier y Ramos Niembro que son los que arman sus teatros desde Coatza con la ayuda de Nacho.
Traslapado a lo mismo, o sea al partido que les dio vida, las luchas intestinas por el poder y el dinero también alcanzan los escenarios mediáticos.
Así se observa en feroz lucha a la media hermana del atarantado, Dorheny García buscando a como de lugar tumbar al rapaz millonario Zepeta, quien tiene cuentas pendientes hasta con la ley por el atropellamiento de una persona en campaña.
Y así el día a día.
Que si ya no gusta el modo de Palacio de Gobierno al mandamás de Finanzas, el subsecretario Erick Domínguez, quien lo mismo opina de política que de elecciones o decide el destino de los 150 mil millones de pesos que es el presupuesto de Veracruz este año.
Domínguez es el mismo que ve todos los días fantasmas en Papantla. Le aterra ese peligroso enemigo que crece y crece sin poderlo controlar.
Ya para que el pleito a nivel gobierno del estado alcance hasta a sus familias es que el tema de la gobernabilidad ha escalado líneas de gravedad.
 Sin embargo, poco importa a la patrona de Palacio. No ve que llegó el momento de que se vaya la mitad de su inútil gobierno que solo le trae problemas empezando por el responsable de la Seguridad Pública, Alfonso Reyes -nada que ver con el memorable intelectual, ensayista, narrador, poeta, dramaturgo, traductor y diplomático- el almirante titular de la SSP que se marea en tierra firme.
Ni que, si el rarito de Roberto Ramos Alor se la pase en la grilla metiendo ruido al tema de la salud de más de 8 millones de veracruzanos o que la secretaria de Educación, la señora Tello, todos los días amanece con ganas de plagar de grillas y pactos inconfesables con sus contlapaches a tan importante sector que mueve 43 mil millones de pesos.
Y la “Lupe”, tal como la llama la gobernadora a la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno, que no le atina ni al clima, ni a las zonas de desastre por las inundaciones ya que es experta en ocurrencias.
Lo mismo pasa con la de Cultura hoy mezclada con el Turismo.
Todo es un desorden.
No se percibe mando. No hay “manotazo en la mesa” y la autoridad hacia adentro de la estructura de poder no se observa que funcione. Pareciera que todo el bulto lo carga la gobernadora que ya mismo tiene muchos frentes abiertos y una abrumadora prensa local y nacional en contra.
Se le reconoce que no para, que anda de arriba para abajo y que en todo está, pero difícil admitir que traiga el timón en sus manos.
Ya para que en los cafés, sitios públicos y hogares la ciudadanía comente la ausencia de mando es que la situación está que arde.
Hoy la oposición, ante tal escenario, está de plácemes.
Viene de un golpe electoral que noqueó al campeón lo cual le permite crecer y crecer luego de arrebatarle un millón de votos a los arrogantes morenos. Viene de observar como la batuta gubernamental no sabe ni entiende como es la política a la veracruzana y confía en que el desmoronamiento culmine en un par de años con la Revocación del Mandato.
Tiempo al tiempo.
 
*Premio Nacional de Periodismo