
Los trapos sucios, en casa
Punto de Vista Filiberto Vargas Rodríguez
Prefacio.
En el estado de Veracruz el Partido Movimiento Ciudadano (MC) se enfrenta a una importante disyuntiva. *** Consiguió lo que muy pocos imaginaron que podría lograr: avanzar en las preferencias de los ciudadanos hasta ubicarse como la segunda fuerza política de la entidad y, lo más importante: convertirse en una alternativa real, tangible, para todos aquellos que -por las más diversas razones- hoy sienten algún desencanto con el partido que gobierna. *** Viene, sin embargo, la parte más delicada: la generación de “filtros”, la revisión exhaustiva de los perfiles que seguramente ya, a estas alturas, se están acercando con la promesa de aportarles los votos necesarios para ganar en el 2027. *** Lo peor que le pudiera suceder a los liderazgos de MC -y no me refiero sólo al estatal, sino desde el nacional hasta los locales- sería subestimar las capacidades de su principal contrincante: Morena. *** Lo que ha demostrado el partido en el poder es que cada proceso electoral le sirve como laboratorio, para detectar las fallas y corregirlas. Había sucedido que en las elecciones de los últimos años habían obtenido extraordinarios resultados y eso los hizo caer en un pecado que la política no perdona: la soberbia. *** Las elecciones municipales de Veracruz y Durango encendieron las luces de alarma en Morena y con seguridad harán ajustes para el proceso del 2027. Si MC quiere ser tan competitivo en aquella elección como en esta, también deberá revisar con ojo crítico no sólo los aciertos (para repetirlos) sino los errores (que sí existieron) para llegar con mayor fuerza. *** Pero para el 2027 entran en juego otras circunstancias. Se van a renovar los Congresos local y federal, y los actuales actores políticos aspiran a ocupar posiciones relevantes en ese reacomodo de piezas. *** Movimiento Ciudadano ha crecido gracias a características muy puntuales: cercanía con la sociedad, unidad, disciplina y congruencia política. Cualquiera de ellas es muy fácil de perder. Ese es el riesgo y de eso se tienen que cuidar en los próximos meses.
* * *
El mensaje de Alfonso Durazo durante el Consejo Nacional de Morena tenía un objetivo muy claro: los militantes que han salido a reclamar un castigo ejemplar para el coordinador de los senadores de ese partido, Adán Augusto López.
Sin embargo, el tiro lo hizo con escopeta y los perdigones alcanzaron a muchos otros actores políticos. Algunos de ellos de Veracruz.
“Con un sentido autocrítico, es obligado reconocer que algunas de las tensiones que hoy están en el ambiente político, derivan de iniciativas y reacciones de nuestros propios cuadros, y eso lo vivimos en todos los estados, y eso simple y sencillamente no puede ser (…) Hagamos política interna, dialoguemos con madurez y colaboremos con profesionalismo para que nuestros comportamientos o diferencias no le impongan costos políticos ni al movimiento, ni a nuestra presidenta y ni a su gobierno”.
– ¿Me estás oyendo, Huerta?
Está claro que el principal enemigo de Morena está adentro. Producto de un movimiento impulsado por la figura de un solo hombre, debajo de él han surgido un gran número de grupos con intereses encontrados, que tratan de imponerse ante la ausencia de un mando firme y definido.
Morena construyó una doctrina enfocada en la búsqueda de soluciones inmediatas para los reclamos más sentidos del sector vulnerable de la sociedad. Abatir la pobreza, permitirles a los sectores marginados participar en las decisiones torales del país y propiciar condiciones de igualdad en oportunidades.
Renglón aparte será el debate sobre si eso era lo que realmente necesitaban los mexicanos y, además, si algo de eso ha sido cumplido. Lo relevante es que los mexicanos de pronto se han encontrado que, en el ejercicio del poder, no importa que quien gobierne haya surgido del PRI, del PAN o del partido guinda, “en todos lados se cuecen habas”.
Hay, pues, aquellos que se asumen como los “emisarios” del gran tlatoani, los que utilizan como bandera la preservación de los postulados de su líder político. Hay otros, sin embargo, que impulsan la apertura de esa fuerza política, para inyectarle el liderazgo y la fortaleza de actores políticos interesados en ponerse esa camiseta.
Ya en este mismo espacio se anticipó: el principal objetivo de este Consejo Nacional era conformar un mecanismo de control, un “filtro” que evite la infiltración de personajes cuya trayectoria vaya en sentido contrario a los postulados del partido. Además, ya muchos entendieron que sin López Obrador ya no hay “movimiento” y tienen que convertirse finalmente en un partido político. Por eso la propuesta de crear y fortalecer su estructura electoral, mediante la designación de representaciones seccionales, justo el mismo organigrama que por décadas ha utilizado el PRI.
Podrá gustarnos o no, pero no es un tema que deba ser discutido con la sociedad. Un partido político está en su derecho de llamar a sus militantes a “lavar sus trapos sucios en casa”, en el entendido de que todo lo que se diga hacia afuera, puede ser utilizado por las fuerzas políticas opositoras.
Falta ver qué tan afinado está el tema de la disciplina partidista.
Hay en Morena -dicen- un ambiente de terrorismo político. Aquel que no se pliegue a las decisiones de sus jefes partidistas, aquel que se atreva a expresar públicamente su descontento con las decisiones que toma Morena o sus gobernantes, es sometido a una persecución en el ámbito político, en el laboral y hasta en el penal.
No es esa la mejor forma de garantizar la disciplina. Obtendrán miedo, en lugar de respeto.
* * *
Epílogo.
“¡No estás solo!, ¡no estás solo!, ¡no estás solo!”. Con los mismos cánticos con los que salieron a defender a Cuauhtémoc Blanco cuando tenía que enfrentar una denuncia por violación, ahora los consejeros nacionales de Morena salieron a defender a su “compañero” Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores de ese partido y a quien se le exige que dé a cara por la presunta vinculación de uno de sus colaboradores más cercanos en el gobierno de Tabasco, el secretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena con el crimen organizado. *** Justo cuando se empieza a perder el concepto de legalidad y de justicia; cuando las instituciones están siendo avasalladas por un espíritu totalitario y dictatorial, la voz mesurada pero firme de un especialista en el Derecho nos ubica en nuestra realidad. *** El pasado fin de semana estuvo en Xalapa el exprocurador general de la República, exembajador en Francia y exsecretario de Gobierno en Veracruz, Ignacio Morales Lechuga, para impartir una conferencia con la que se inauguró la cátedra “Jesús Reyes Heroles” en la Universidad Ives. *** Oriundo de Poza Rica, Morales Lechuga abrió un espacio en su alocución para referirse a una de las garantías individuales que más ha sido atacada en fechas recientes: la libertad de expresión. *** “Nunca decir la verdad es un ataque al feminismo o de violencia de género. Es una expresión de libertad. Y la libertad debe ser intocada, como lo establece la Constitución. Cuando uno hace una expresión, puede haber dos circunstancias. Uno, que se refiera a hechos, en cuyo caso, si el hecho es falso, debe uno rectificarlo. Y la opinión no es rectificable porque esa es subjetiva y eso depende de la persona que lo emite”, advirtió. *** Los pobladores de Banderilla acudieron el primero de junio a respaldar a quien, creían, podría resolver sus más urgentes necesidades: Arnulfo Rodríguez González. Lo lograron, con la fuerza de sus votos consiguieron que se le declarara vencedor de la elección municipal. Lamentablemente no alcanzó a llegar a su toma de posesión. *** La noche del pasado viernes Arnulfo Rodríguez sufrió un infarto mientras conducía su vehículo, en compañía de su familia, en la avenida Lázaro Cárdenas de Xalapa. *** Sus familiares pidieron apoyo al número de emergencias 911, pero cuando el personal de apoyo llegó al sitio ya no contaba con signos vitales. *** Su sepelio fue un homenaje para un ciudadano ejemplar, que se ganó el respeto y la confianza de los ciudadanos. Descanse en paz.