No es lo mismo, es peor 22 de julio del 2025

Recuento de los daños    Alejandro Domínguez

Genaro García Luna no tiene acusación alguna por narcotráfico en México. Los cargos en su contra obedecen al presunto enriquecimiento ilícito a través de 30 contratos durante su gestión en el gobierno federal y posterior a ello, cuando presuntamente logró extraer recursos públicos por al menos 745.9 millones de dólares.

Los cargos de narcotráfico solo los tiene en Estados Unidos. Lo que ocurrió en la Corte de Nueva York obedece a una investigación exclusiva de ese país, aquí no han hecho nada para fincarle cargos de complicidad con el crimen organizado mientras encabezó la Secretaría de Seguridad Pública.

Eso sí, en el discurso político no ha hecho falta probarle nada en México, con el veredicto del jurado y la sentencia del juez en Nueva York fue suficiente para darlo por cierto y atribuirle a quien fuera su jefe, el entonces presidente Felipe Calderón, la responsabilidad. “¿Cómo es que no sabía nada?”, se preguntan muchos.

Por el contrario, el ex secretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, sí fue investigado por las autoridades mexicanas. El Ejército documentó su complicidad con el narco y la Fiscalía General de la República judicializó el caso. Hay hasta una orden internacional de captura en su contra. Pero los gobernadores de Tabasco, sus jefes, dicen que no tenían por qué estar enterados. Adán Augusto López es hoy coordinador de los senadores de Morena y, como él mismo confirmó, no piensa hacerse a un lado. Su sucesor, Carlos Merino, es hoy director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA); tampoco dejará el cargo.

Ni sospecharon de Bermúdez Requena ni se harán responsables de sus conductas ilícitas señaladas. Ellos dicen que no sabían nada.

Pero hubo señales desde que asumió el cargo. En 2019, tras la detención de Trinidad Alberto de la Cruz Miranda, líder de Los Zetas en Tabasco, apareció una manta exigiendo su liberación y advirtiendo: “Vamos por ti, Hernán Bermúdez Requena, por traidor”.

Los datos de homicidios y otros delitos a la baja que López Hernández y Merino muestran para defenderse, y decir que todo iba bien en Tabasco, son en realidad evidencia de que algo raro pasaba.

Ahora resulta que lo de Bermúdez Requena les pasó de noche en Tabasco y en Palacio Nacional, a pesar de que el Ejército lo tenía documentado.

Por eso tienen razón quienes dicen que no es lo mismo que el caso de García Luna, es peor. Y quien dio luz verde para seguir con la investigación lo sabe.

https://www.milenio.com/opinion/alejandro-dominguez/recuento-de-los-danos/no-es-lo-mismo-es-peor?utm_source=MILENIO.COM&utm_campaign=5f299408f2-milenio_opinion_2025_07_22_08_03&utm_medium=email&utm_term=0_-5f299408f2-302223097