“Duros” y Sheinbaum contra el pragmatismo facil

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La semana pasada resonaron con fuerza las críticas hacia figuras jóvenes y ascendentes como Luisa María Alcalde y Andrés López Beltrán. El motivo del descontento, emanado de estos sectores rigoristas, radica en la apertura del partido a perfiles externos cuestionables, ejemplificada en la reciente incorporación de varios ex priistas. Se percibe que los “duros” están influyendo en los diferentes medios de información gubernamentales, quienes coinciden en la necesidad de que los espacios sean ocupados por morenistas de cepa.

La campaña de afiliación masiva, que busca sumar 10 millones de militantes bajo la batuta de Alcalde y López Beltrán, ha sido el caldo de cultivo para estas tensiones, al dar cabida a expriistas o expanistas. Tales como Luis Enrique Benítez, quien en el pasado no dudó en agraviar públicamente a Sheinbaum. O figuras como Alejandro Murat, Eruviel Ávila, Adrián Rubalcava y hasta el mismo Miguel Ángel Yunes Márquez, también generan escozor.

El punto de in-flexión parece ser la misiva de Sheinbaum, enviada dos días antes del nombramiento de Rubalcava como director del Metro. Su advertencia —“No caigamos tampoco en el sectarismo, ni por el contrario, en el exceso de pragmatismo sin principios”— fue interpretada por “los duros” como espaldarazo a su propia visión y como un llamado a frenar la incorporación de elementos potencialmente nocivos para la 4T.

Este realineamiento es notable: “los duros”, no siempre coincidentes con los planteamientos de Sheinbaum, ahora se aferran a sus directrices. Criticar abiertamente al hijo del ex presidente López Obrador y a la ex secretaria de Gobernación no es trivial. En Morena esto se lee menos como una afrenta a AMLO y más como una señal de que su operación directa ha cesado, permitiendo que las fuerzas internas luchen por hacer valer su peso: “si AMLO estuviera operando, no veríamos estas disputas”, es el comentario recurrente.

Palabras clave

Queda claro que los 10 puntos de la carta de Sheinbaum van en serio y marcan la pauta: no al influyentismo, nepotismo ni sectarismo. El mensaje no se limita a Alcalde y López Beltrán; se extiende a otros pesos pesados como Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña.
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