
EDITORIAL La Jornada
G-7: encuentro sin Trump
De manera sorpresiva, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, partió anticipadamente de la localidad canadiense de Kananaskis, donde se lleva a cabo desde ayer un encuentro cumbre del Grupo de los Siete (G-7), debido a lo que está ocurriendo en Medio Oriente, según dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en referencia a la escalada bélica en curso entre Israel e Irán, tras las agresiones perpetradas el viernes pasado por Tel Aviv en contra de Teherán. Previamente, el millonario republicano emitió un ominoso mensaje en el que llamó a la población de la capital iraní a abandonar la ciudad de inmediato. En esas circunstancias, la reunión, a la que asiste la presidenta Claudia Sheinbaum, sigue desarrollándose sin la presencia del estadunidense.
Cabe recordar que el G-7 fue conformado en los años 70 del siglo pasado por los países que por aquel entonces eran las mayores economías de Occidente: Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia e Italia. Durante un tiempo en el que se denominó G-8 (1997-2014), ese foro se amplió para dar cabida a Rusia, la que posteriormente fue expulsada por la anexión de Crimea. Actualmente, la Unión Europea (UE) participa como un integrante más. México, por su parte, participa en calidad de invitado. Es pertinente asimismo señalar que es falsa la noción según la cual el G-7 está constituido por las mayores economías del mundo, toda vez que, por sus respectivos productos internos brutos, China e India, que no pertenecen a la organización, ocupan el segundo y el quinto sitios en el planeta, muy por encima de Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá.
Con todo y eso, el G-7 sigue siendo un foro de suma relevancia, y la presencia de la presidenta Sheinbaum y de varios de sus principales colaboradores en Kananaskis representa una buena oportunidad para que México aborde diversos asuntos con los gobernantes de India (que no es integrante del foro, al igual que nuestro país), Europa, Alemania y el país anfitrión, con cuyo primer ministro, Mark Carney, hablará sobre la renegociación del tratado comercial de América del Norte (T-MEC). Asimismo, pese a la ausencia de Trump, la representación mexicana tiene previstos encuentros con funcionarios estadunidenses para avanzar en los principales asuntos de la relación entre las dos naciones. En general, en el encuentro se dialoga sobre acciones para impulsar la paz –particularmente, en Ucrania y en Medio Oriente–, asuntos energéticos, ambientales, desarrollo tecnológico y digital, inversiones en infraestructura e impulso al desarrollo económico en general.
Así pues, aunque en esta ocasión la presidenta Sheinbaum no haya podido exponer a Trump la demanda mexicana de cesar la cacería de migrantes y otros puntos fundamentales de la agenda bilateral, su presencia en Canadá tiene muchos otros propósitos que hablar con el intempestivo habitante de la Casa Blanca, el cual, por su parte, hace bien en ocuparse en este momento de buscarle una salida a la gravísima confrontación que él mismo, con su apoyo y complacencia para con el régimen de Tel Aviv, contribuyó a desencadenar.