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Síntomas de un frenón económico en México y en Estados Unidos 09 de junio de 2025

Columna hoy

Qué sigue? Cambiarán la estatua de la libertad por la de Hitler?


Opinión   Inocencio Yáñez Vicencio.

Quiénes fueron los hombres y mujeres que colonizaron las tierras que hoy comprenden los Estados Unidos?
La primera diferencia es que la colonización de América del Norte, no la realizó un Estado. Entonces quién la llevó a cabo ? Dejemos que uno de los estudiosos más reputados del siglo XIX nos lo diga. En 1854, Eduardo Laboulaye, puso en circulación su Historia de los Estados -Unidos, que en México tradujo Manuel Dublan. No es nada sorprendente que Laboulaye se decante por las instituciones norteamericanas si tenemos en cuenta que en esos momentos su patria ha sufrido la desilusión de la Revolución de I848, que tiene su apoteisis con la elección de Napoleón III y su posterior golpe que lo hace Emperador, que sume a Francia en un caos.
No es solamente ese contexto que distorsiona muchos de sus juicios. Desde mi punto de vista su mayor limitación es su concepción esencialista que le lleva a ver en la familia el orígen del Estado, su rechazo pleno al contractualismo y su indulgencia para los conquistadores, no obstante tiene juicios asombrosos.
Respecto a los primeros pobladores de las tierras del Norte de nuestro Continente, nos relata que: Jacobo I no creía que concedía a unos comerciantes la fundación de un Estado, sino que les autorizaba para traficar, pescar y cultivar en unos países desconocidos. No se establecia un gobierno sino una sociedad con su director, su consejo de accionistas y su administración, en una comarca lejana. La colonia no era una provincia del reino, sino a poco más o menos, lo que hoy es un camino de fierro; es decir, una administración particular, que con tal de que no viole las leyes del Estado, puede organizarse como mejor le parezca.
Con esto queda claro que por lo menos Virginia es ocupada por viles mercaderes y aventureros. En la parte Sur o Nueva Inglaterra, la colonización es diferente en cuanto es realizada por puritanos que huyen de la persecusión y el régimen absolutista, pero el contrato que firman en el buque Flor de Mayo, que los transportó, efectivamente no es un contrato fundacional de un Estado sino de una sociedad.
El hecho de que los primeros pobladores fueran pobladores privados, marca para siempre su rechazo al Estado, por eso no admiten ninguna clase de interferencia. Dejan atrás jerarquía y linajes, por lo que en su nueva casa son iguales y su libertad no es otra cosa que la libertad negativa, la libertad de no invasión al ámbito privado. Su vida religiosa les hace ver el gobierno como resultado de su expulsión del paraíso, como castigo del pecado original, como un mal necesario, no por algo creen que el mejor gobierno es el que gobierna menos.
Desde su arribo emprenden el exterminio de animales e indios. No son los únicos. Casi todos los conquistadores son despiadados con los nativos. Los holandeses fulminaban a los pueblos originarios del Sureste Asiático. En 1620 fueron los neerlandeses los que llegaron con el primer grupo de negros para esclavizarlos en sus plantaciones.
El autor de la obra histórica que comentamos, nos muestra la hipocresía del más grande economista que ha dado el mundo occidental. Dice: Bajo el aspecto económico, Adam Smith declaraba que era una verdadera violación de los derechos de la humanidad – respecto al acta de navegación – pero bajo el aspecto político la aprobaba: ‘ como la seguridad de un Estado es de más importancia que su comercio, el acta de navegación es acaso el más sabio de todos los reglamentos de comercio de Inglaterra «. Más contradicción no puede haber. Quiere para el mundo libre comercio pero monopolio para Inglaterra.
No olvidemos que los ingleses hicieron fracasar a los españoles y portugueses mediante la piratería.
Eduardo Laboulaye, parece no darle la debida importancia a que prácticamente desde que pisaron tierra los europeos, su desarrollo lo basaron en la mano de obra que arrancaron del África.
Los colonos ingleses, no sólo arrebataron en 1664, la colonia que hoy es el Estado de Nueva York, se extendieron a costa de España y Francia y despojaron a México de más de la mitad de su territorio.
Llama la atención que Laboulaye, desde mediados del siglo XIX, emita el siguiente juicio: Es la legislación de un pueblo que una fortuna inesperada conduce a ser , antes de que termine el siglo, la nación más considerada, más homogénea y más poderosa del mundo.
Es justo reconocer la pertenencia de este gran pensador, ahora que al idealizar esa realidad la ciencia política salta echa añicos.
El problema fue , como el mismo Sartori, lo observó. La ciencia política se estranguló en el método cuántico. Su desvaloracion no la dejó ver que muchas veces elegir el objeto es más importante que el método y que eso cae dentro de lo valorativo. Por lo que a mí respecta siempre vi que la ciencia política era legitimista, que es importante abordar la relación casual pero sin prescindir del aspecto axiologico. No basta describir tenemos que prescribir. Los Estados Unidos se dejó trastornar por los medios sin preguntarse lo suficiente por los fines.
La nación norteamericana nos aturdió con su propaganda de que matar indios era una causa justa, que esclavizar negros era humano, que la mano de obra inmigrante eran menesterosos que eran cobijados por caridad, que todo lo han logrado con su trabajo, que conquistaron el oeste por misión celestial, que la Guerra del Golfo fue para salvarnos de armas químicas, que por cierto nunca se encontraron, pero no para ahí ni parará; en estos momentos que escribo, como descubrió que Israel, que es su brazo ejecutor de su política de expansión en Medio Oriente, no podría contra Irán, ha dedicido destruir ese pueblo, acto por cierto que no se ha atrevidos ni siquiera condenar Claudia Sheinbaum, con lo que demuestra que convirtió a México en un Estado Vasallo.
Las guerras del siglo XIX, eran precisamente para impedir hegemonías, hoy estallan gracias a que se rompió la bipolaridad. Estados Unidos no tiene contrapesos. El Imperio que surgió militarmente hoy es un Imperio totalitario.
Quién por cierto hoy encabeza la aventura fascista no es un político, es un empresario que no sabe de límites y por eso insiste en llevar el mundo a la guerra.
La guerra aparece cuando fracasa la política. La guerra no es la política por otros medios, es su negación.

Qué sigue? Cambiarán la estatua de la libertad por la de Hitler?

Por:


Opinión   Inocencio Yáñez Vicencio.

Quiénes fueron los hombres y mujeres que colonizaron las tierras que hoy comprenden los Estados Unidos?
La primera diferencia es que la colonización de América del Norte, no la realizó un Estado. Entonces quién la llevó a cabo ? Dejemos que uno de los estudiosos más reputados del siglo XIX nos lo diga. En 1854, Eduardo Laboulaye, puso en circulación su Historia de los Estados -Unidos, que en México tradujo Manuel Dublan. No es nada sorprendente que Laboulaye se decante por las instituciones norteamericanas si tenemos en cuenta que en esos momentos su patria ha sufrido la desilusión de la Revolución de I848, que tiene su apoteisis con la elección de Napoleón III y su posterior golpe que lo hace Emperador, que sume a Francia en un caos.
No es solamente ese contexto que distorsiona muchos de sus juicios. Desde mi punto de vista su mayor limitación es su concepción esencialista que le lleva a ver en la familia el orígen del Estado, su rechazo pleno al contractualismo y su indulgencia para los conquistadores, no obstante tiene juicios asombrosos.
Respecto a los primeros pobladores de las tierras del Norte de nuestro Continente, nos relata que: Jacobo I no creía que concedía a unos comerciantes la fundación de un Estado, sino que les autorizaba para traficar, pescar y cultivar en unos países desconocidos. No se establecia un gobierno sino una sociedad con su director, su consejo de accionistas y su administración, en una comarca lejana. La colonia no era una provincia del reino, sino a poco más o menos, lo que hoy es un camino de fierro; es decir, una administración particular, que con tal de que no viole las leyes del Estado, puede organizarse como mejor le parezca.
Con esto queda claro que por lo menos Virginia es ocupada por viles mercaderes y aventureros. En la parte Sur o Nueva Inglaterra, la colonización es diferente en cuanto es realizada por puritanos que huyen de la persecusión y el régimen absolutista, pero el contrato que firman en el buque Flor de Mayo, que los transportó, efectivamente no es un contrato fundacional de un Estado sino de una sociedad.
El hecho de que los primeros pobladores fueran pobladores privados, marca para siempre su rechazo al Estado, por eso no admiten ninguna clase de interferencia. Dejan atrás jerarquía y linajes, por lo que en su nueva casa son iguales y su libertad no es otra cosa que la libertad negativa, la libertad de no invasión al ámbito privado. Su vida religiosa les hace ver el gobierno como resultado de su expulsión del paraíso, como castigo del pecado original, como un mal necesario, no por algo creen que el mejor gobierno es el que gobierna menos.
Desde su arribo emprenden el exterminio de animales e indios. No son los únicos. Casi todos los conquistadores son despiadados con los nativos. Los holandeses fulminaban a los pueblos originarios del Sureste Asiático. En 1620 fueron los neerlandeses los que llegaron con el primer grupo de negros para esclavizarlos en sus plantaciones.
El autor de la obra histórica que comentamos, nos muestra la hipocresía del más grande economista que ha dado el mundo occidental. Dice: Bajo el aspecto económico, Adam Smith declaraba que era una verdadera violación de los derechos de la humanidad – respecto al acta de navegación – pero bajo el aspecto político la aprobaba: ‘ como la seguridad de un Estado es de más importancia que su comercio, el acta de navegación es acaso el más sabio de todos los reglamentos de comercio de Inglaterra «. Más contradicción no puede haber. Quiere para el mundo libre comercio pero monopolio para Inglaterra.
No olvidemos que los ingleses hicieron fracasar a los españoles y portugueses mediante la piratería.
Eduardo Laboulaye, parece no darle la debida importancia a que prácticamente desde que pisaron tierra los europeos, su desarrollo lo basaron en la mano de obra que arrancaron del África.
Los colonos ingleses, no sólo arrebataron en 1664, la colonia que hoy es el Estado de Nueva York, se extendieron a costa de España y Francia y despojaron a México de más de la mitad de su territorio.
Llama la atención que Laboulaye, desde mediados del siglo XIX, emita el siguiente juicio: Es la legislación de un pueblo que una fortuna inesperada conduce a ser , antes de que termine el siglo, la nación más considerada, más homogénea y más poderosa del mundo.
Es justo reconocer la pertenencia de este gran pensador, ahora que al idealizar esa realidad la ciencia política salta echa añicos.
El problema fue , como el mismo Sartori, lo observó. La ciencia política se estranguló en el método cuántico. Su desvaloracion no la dejó ver que muchas veces elegir el objeto es más importante que el método y que eso cae dentro de lo valorativo. Por lo que a mí respecta siempre vi que la ciencia política era legitimista, que es importante abordar la relación casual pero sin prescindir del aspecto axiologico. No basta describir tenemos que prescribir. Los Estados Unidos se dejó trastornar por los medios sin preguntarse lo suficiente por los fines.
La nación norteamericana nos aturdió con su propaganda de que matar indios era una causa justa, que esclavizar negros era humano, que la mano de obra inmigrante eran menesterosos que eran cobijados por caridad, que todo lo han logrado con su trabajo, que conquistaron el oeste por misión celestial, que la Guerra del Golfo fue para salvarnos de armas químicas, que por cierto nunca se encontraron, pero no para ahí ni parará; en estos momentos que escribo, como descubrió que Israel, que es su brazo ejecutor de su política de expansión en Medio Oriente, no podría contra Irán, ha dedicido destruir ese pueblo, acto por cierto que no se ha atrevidos ni siquiera condenar Claudia Sheinbaum, con lo que demuestra que convirtió a México en un Estado Vasallo.
Las guerras del siglo XIX, eran precisamente para impedir hegemonías, hoy estallan gracias a que se rompió la bipolaridad. Estados Unidos no tiene contrapesos. El Imperio que surgió militarmente hoy es un Imperio totalitario.
Quién por cierto hoy encabeza la aventura fascista no es un político, es un empresario que no sabe de límites y por eso insiste en llevar el mundo a la guerra.
La guerra aparece cuando fracasa la política. La guerra no es la política por otros medios, es su negación.

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