El majestuoso buque-escuela

Uno hasta el fondo Gil Gamés

Gil se preparaba unos tacos burgueses consistentes en una tortilla azul recién salida del comal para cobijar tiras bien cortadas de ribe eye, guacamole del que se exporta a los Estados Unidos, bueno antes, ahora ya no se sabe, una salsa de molcajete con las mejores materias primas y a darle vuelo a la hilacha. Los tacos de cabeza y de ojo se los dejamos a Noroña, Taibo y Félix Salgado Macedonio. Por cierto un amigo que no malquiere a Gil afirma que debemos reconocerle al senador Noroña su extraordinaria capacidad para imitar la voz humana.

Pues en ésas estaba Gilga cuando se enteró de que al majestuoso velero Buque Escuela Cuauhtémoc de la Secretaría de Marina se le atravesó el puente de Brooklyn en Nueva York y el mástil más alto vino a menos y por desgracia 2 marineros murieron, otros dos se encuentran en estado crítico y 20 más heridos tras el choque. Se proponían llegar a Islandia, pero ahora esto será imposible. La noticia le ha dado la vuelta al mundo.

Como todo mundo sabe, Gilga fue marinero de aguas profundas y tormentas enviadas por el Diablo. Sus investigaciones arrojaron mensajes de intercomunicación en el interior del buque majestuoso. Gil recupera fragmentos que le han hecho llegar fuentes que desde luego se reserva: Capitán 1: “Viene, viene, quebrándose, quebrándose. Sí pasa”. Capitán 2: “Deja me asomo. Sí pasa, sí pasa. Ya pasó”. Capitán 1: “¡No! Ya le diste, wey. Te dije que no pasábamos. Lo abollaste bien cañón y le distes un llegue al puente éste ques muy famoso y se cayó el mástil. Yo creo que no llegamos a Islandia.” Capitán 2: “Estás viendo y no ves. Capitán 1: “Me cae contigo”. Hasta aquí la investigación de Gamés.

Zarparon medio mal

Ciertamente hay otras versiones acerca del siniestro: la primera y más desalmada explica que el choque se debió a la impericia de los capitanes del majestuoso buque. El accidente se produjo cuando los mástiles del barco impactaron contra la base de la infraestructura del histórico puente.

“Siento que no va a pasar”, se le oye decir en español a una mujer angustiada en uno de los múltiples videos difundidos en redes sociales, poco antes de que los mástiles se partieran al chocar contra la base del puente cerca de uno de los pilares.

Según las autoridades locales, el barco perdió potencia tras zarpar del muelle cuando se dirigía hacia mar abierto hacia las 8:20 p.m. locales. “Imagino que el barco perdió fuerza y fue arrastrado por la corriente hacia el pilar del puente”, al otro lado del río, dijo el jefe de operaciones especiales del Departamento de Policía de Nueva York, Wilson Aramboles, en una conferencia de prensa. El oficial precisó que había un par de marineros en la parte alta de los mástiles al momento del impacto y que resultaron heridos.

Adiós a Islandia

Tras permanecer cerrado durante unos 40 minutos, el tráfico del puente que une Manhattan con Brooklyn volvió a reabrir. Menos mal que el puente no tuvo daños mayores porque nos lo cobran y entonces tenemos todos que ponernos a vender fentanilo para pagar la averías. Y Gil jura que no nos alcanza para pagar ni entregando la refinería Dos Bocas y el Tren Maya completo.

Allá les mandamos estas obras enormes del ingenio y la inteligencia mexicanos. A ustedes no alcanzarles con tan poca cosa, tener que mandar todo Cancún. Tras el desafortunado incidente, el buque fue trasladado al East River por debajo del vecino puente de Manhattan. La policía de Nueva York instruyó en X a los residentes que evitaran la zona, ya que se “espera tráfico pesado y una gran presencia de vehículos de emergencia en el área circundante”.

El buque escuela, construido en 1982, estaba en un crucero de entrenamiento que se lleva a cabo cada año, dijo a la CNN el portavoz de la Marina Mexicana, el capitán Juan Caballero. Una cosa es segura, el majestuoso Buque Escuela no llegará a Islandia su último destino. Ni pex.

Todo es muy raro, caracho, como diría Novalis: “El accidente es sólo orden imprevisto”.

Gil s’en va
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