El nuevo ‘Mexico’s Moment’
Se acomodan las cosas para que los mexicanos tengan una nueva oportunidad de volar… Si no hay un desastre en el Poder Judicial con los cambios de este año, o surge un documento que evidencie que Pemex está peor de lo que imaginamos.
Algunos vieron el acuerdo comercial de esta semana entre Estados Unidos y China como perjudicial para el país. Lo veo al revés: México gana.
Además, el presidente Donald Trump reaccionó después de un regaño que casi nadie registró, surgido de las empresas de su país. Eso también abona al interés de los mexicanos.
Los que permanecen evidencian que las cosas entre esas dos potencias no volverán a ser iguales. ¿Un ejemplo? The Wall Street Journal reportó que el arancel efectivo sobre la nación asiática será del 39 por ciento, incluyendo los gravámenes vigentes antes de la toma de posesión del presidente Trump. Es la tasa más alta para cualquier país relevante.
¿Cuál es la razón de esa barrera? Quieren mantener distancia permanentemente. Es fácil suponer que los estadounidenses evitarán que cualquiera les haga sombra en lo comercial, en lo tecnológico y particularmente en lo militar, que deriva de los dos anteriores.
¿Y cómo andan las cosas? La CIA registra que China cuenta con 2 millones de efectivos en su Armada y la Marina, más 120 mil en las Fuerzas de Misiles, a cargo de su poder nuclear.
Son cifras inquietantes incluso para la fuerza atómica de Estados Unidos que presume de 1.31 millones de efectivos, más 330 mil miembros de la Guardia Nacional del Ejército y 105 mil miembros de la Guardia Nacional Aérea.
¿Y México? No es relevante en ese ámbito. La CIA tiene anotados 260 mil efectivos de las Fuerzas Armadas en servicio y 110 mil efectivos de la Guardia Nacional. Y ya.
Pero hay algo que esta nación sí tiene. Más por inercia que por estrategia, posee una población de 130 millones de habitantes empapados en las habilidades manufactureras de alto nivel de Norteamérica.
Allá, independientemente de lo que diga Trump, su gente evita trabajar en fábricas que desde hace tiempo batallan por personal; prefieren los servicios. En México éstas suponen una oportunidad para abandonar la pobreza.
Este país que huele a machaca con huevo también goza de tratados que permiten importar y exportar libremente una mayoría de productos a Estados Unidos, Europa o Japón. Eso permanece a pesar de los partidos políticos, más que gracias a estos. Esa red de convenios es la envidia de los empresarios estadounidenses.
Es cuestión de seguir las actividades de la US Chamber of Commerce para entender su poder y su interés en la apertura.
¿Vieron el texto de Suzanne Clark? El viernes, cuando el secretario del Tesoro de los vecinos, Scott Bessent, llegó con su equipo de funcionarios trumpistas para negociar con autoridades del gobierno de Xi Jinping, la presidenta de la US Chamber of Commerce, la mayor cámara empresarial de Estados Unidos, publicó un mensaje.
Entre otras, sus peticiones incluyeron acabar con los aranceles, abrir tratados comerciales y facilitar la inmigración de trabajadores.
Cuatro días después, la Casa Blanca presumió la reducción arancelaria con China y el aceleramiento de tratados comerciales con países de la región árabe.
Ante la próxima renegociación del TMEC, los líderes de la US Chamber serán los primeros en defenderlo. Eventual o rápidamente, las cosas retornarán al punto de partida del final de 2024 cuando era previsible una nueva era de inversiones en México, el ‘nearshoring’.
Hasta ahora, tal circunstancia parece más resultado de los rebotes de la conveniencia de estadounidenses con una azarosa administración trumpista, que una estrategia bien estructurada del gobierno mexicano. Sin embargo, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum intenta algo a través del Plan México.
Es probable que en el corto plazo enfrentemos un bache por recientes recortes en suministros provocados por la guerra comercial de Trump. Pero es factible que en 2026 veamos oportunidades que hoy lucen remotas. Siempre y cuando el sistema judicial o Pemex, no nos sorprendan con un desastre.