Gentrificación


Opinión y Democracia  Jorge Flores Martínez

La idea es compleja y no admite soluciones sencillas, es una respuesta social a un problema urbano del siglo XXI que nadie quiere abordar y los que en mal momento lo atienden, lo hacen por lo regular cargados de sus prejuicios ideológicos.

Las ciudades cambian y lo hacen porque sus habitantes están cambiando. No soy un experto en gentrificación y creo que pocos lo son. Lo que escuchamos son los gritos de los que no entienden absolutamente nada y creen que el mercado es el culpable de todos los problemas.

Pero vamos por partes y despacio. El mercado no es culpable de nada, debemos entender de una vez por todas que los precios están regidos por la oferta y la demanda de nosotros mismos, en los hechos, somos nosotros los que ante la escasez o la abundancia de una mercancía determinamos el valor de esta.

Las familias en nuestras sociedades están cambiando, muchas zonas de la ciudad están envejeciendo y son justamente las que cuentan con el mejor equipamiento. Otras se deterioran rápidamente y pierden valor por encontrarse en zonas que no cuentan con atractivos para las nuevas generaciones.

Lo que sucede es que una propiedad que se encontraba en una zona habitacional ahora tiene un gran valor comercial, el propietario, por lo regular personas ya mayores, ven que rentar su propiedad y mudarse a otra zona de la ciudad, posiblemente más cerca de sus hijos, puede representar un ingreso familiar extra.

En otras ciudades de nuestro país se observa que las propiedades ahora tienen un atractivo para extranjeros que ven vivir en nuestro país como una ventaja económica y deciden mudarse y aprovechar la diferencia cambiaria y su mayor poder adquisitivo.

Este fenómeno no es en sí mismo negativo, solo es el mercado inmobiliario funcionando, Nos puede gustar o molestar, pero los mercados no se intervienen, se deben entender.

En Xalapa es probable que se requiera replantear la zonificación y las densidades de muchas zonas de la ciudad. Comprender que la vivienda unifamiliar en muchos casos ya no es una opción viable económicamente. Se tiene que revisar cómo funciona la ciudad, con qué se cuenta y cuál es el destino posible de muchas colonias y fraccionamientos.

Pero se debe atender sin ideologías que entorpezcan, ordenar la ciudad es un proceso completamente técnico, donde se debe observar con metodología un diagnóstico correcto, precisar estrategias posibles y se complemente con la aportación real y no simulada de la sociedad.

Las ciudades están en un proceso de cambio no visto desde la invención del automóvil, ahora tenemos una sociedad que envejece rápidamente y una natalidad muy baja que representará cambios muy profundos en la ciudad como la comprendemos.

La gentrificación es solo el síntoma más evidente, atrás existen problemas mucho más serios que se deben atender con mejores estrategias urbanas y sociales.

Si la respuesta de nuestras autoridades es intervenir el mercado inmobiliario y regulaciones mucho más estrictas en el desarrollo de vivienda nueva o congelamiento de rentas, el resultado será una mayor escasez de vivienda.

Y la Ley de la Oferta y la demanda es muy clara, en un mercado funcional el precio de un producto se establece en un punto donde la cantidad ofrecida por los vendedores es igual a la cantidad demandada por los compradores.

Pero si intervenimos el mercado y hacemos regulaciones mucho más estrictas para desarrollar vivienda, les aseguro que solo resultará en una vivienda cada día más escasa, deteriorada, sin mantenimiento y precios cada vez mayores.

Pero prometer rentas congeladas y expulsar a los gringos que se apropian de nuestras ciudades es una respuesta muy atractiva para muchos.

Por desgracia, es la peor estrategia posible.

Jorge Flores Martínez

Presidente del Colegio de Arquitectos en el Estado de Veracruz-Xalapa, A.C.