Nada en la oscuridad

Jorge ARTURO Rodriguez

Tierra de Babel

TIERRA DE BABEL   Jorge Arturo Rodríguez                        

 

 

Aperitivo: Mucho se puede hablar de José Mujica. Me quedo con dos de sus expresiones. Ojalá entendamos: “La política es la lucha por la felicidad de todos” y “Yo quiero saber la verdad, pero en la justicia no creo un carajo».

Puras, puras, impuras noticias, a toda velocidad, un culto desmedido, enfermizo, a lo efímero, más si se trata de violencia, desquicio, una sociedad que va quién sabe pa’ dónde. Que reine la despreocupación, el caos. Alabemos a la divinidad o lo maligno, da igual, pues cada vez creemos más en las trivialidades. Vaya, uno de los síntomas de un ataque de nervios es creer que el trabajo de uno es terriblemente importante. ¡Qué va! Recuerdo aquel chiste que dice:

—¡Profe, me recuerdas al mar!

—¡Ay, Pepito, qué cosas tienes! ¿Por qué lo dices?

— Porque me mareas!

            Es cierto, a menudo me marean tantas noticias, ocurrencias, palabrerías, el show debe seguir, como que ya nada importa si no trae consigo alguna desgracia. Sin embargo, el papa León XIV: “Hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”. (milenio.com, 10/05/25).

            Luego por ahí expresó la presidenta Claudia Sheinbaum respecto al caso del rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco: “Nosotros siempre lo hemos dicho: siempre vamos a estar del lado de las víctimas y buscar que no haya estas contradicciones, sino que se resuelvan. Lo importante es la verdad siempre, que no haya nada que quede en la oscuridad como si se estuviera tapando algo, tiene que salir la verdad”, dijo. (lopezdoriga.com, 30-04-25) ¿Dónde y cuándo he escuchado eso? ¿Qué nada quede en la oscuridad? Suena hasta de película.

—Doctor, sin rodeos, dígame la verdad, ¿tengo problemas de memoria?

—¡Que sí!

           

En esto de la tecnología, leí el artículo “El crimen organizado se adaptará al futuro: controlará el agua o los alimentos de la canasta básica”, donde Wesley Posvar, del Centro Matthew B. Ridgway, vaticina que las crisis climáticas y el avance tecnológico serán instrumentos del crimen organizado en un futuro próximo.

            Señala: “La cuarta oleada del crimen organizado surge con la masificación del internet. El ciberespacio ofrece a los delincuentes una comunicación barata y sencilla, el acceso global a productos y la reducción de los costos de transacción. Y un gran valor: el anonimato, la capacidad de esconderse detrás de un perfil sin nombre ni fotografía real.”

            Sentencia: “El ciberespacio es altamente criminógeno y ha brindado nuevos incentivos, capacidades y oportunidades al crimen organizado. Aunque el auge del cibercrimen representa la cuarta oleada, al igual que las anteriores, esta oleada se extenderá hacia el futuro, alimentando la quinta y más poderosa oleada del crimen organizado”.

            “Al utilizar herramientas emergentes como la inteligencia artificial, los vehículos autónomos y la tecnología 5G, las organizaciones criminales alcanzarán nuevos niveles de sofisticación, dificultando que las fuerzas del orden puedan contrarrestar su alcance y resiliencia”. (milenio.com. 20/04/25).

            ¿Cuál oscuridad? ¿Cuál verdad?

—Eres un fanático de la informática, ¿verdad?

—Sí… mouse o menos.

 

Ya saben, no hay peor decepción que te mientan cuando sabes la verdad, ¿o no?

Los días y los temas

En el libro ¿Matar a Sócrates?, de Gregorio Luri, advierto que sí, que sí necesitamos a Sócrates, porque eso de dialogar ya no se nos da bien a bien. Escribe Luri:

“¿Para qué necesitamos a Sócrates, si somos posmodernos, vivimos inmersos en una revolución tecnológica que promete cambiar el mundo de arriba abajo; si lo nuevo ha sustituido a lo bueno en el orden de nuestros valores; si flirteamos con el poshumanismo, la pospolítica y la licuefacción de toda convicción? ¿Para qué Sócrates si la confianza en que la democratización  el pensamiento crítico nos haría más libres, más justos y más buenos, parece estar dando paso a la frustración de que no hay manera de dejar atrás nuestras debilidades…?”

            Y continúa: “¿Para qué, en definitiva, Sócrates si las relaciones cara a cara están siendo sustituidas por las relaciones digitalizadas y llamamos diálogo a lo que hacemos en Facebook o en Twitter?”

            Y dice: “Pero sea cual sea el régimen político que consideremos, en todos descubriremos

que la ciudad acoge con más entusiasmo a los bufones que a los filósofos.”

            Por sí, para qué complicarse la vida.

 

 

De cinismo y anexas

Cierto o no, ojalá entendemos lo que escribió mi adorable Irene Vallejo: “…la política no son las artimañas de unos pocos para conseguir poder, es el arte de poder vivir todos juntos.” Aí está el detalle, Chato.

            Pero no se rompan la cabeza.

 

—¿Qué son 50 físicos y 50 químicos juntos?

—100tíficos.

            Hasta la próxima.