
Reubicación de migrantes genera tensión entre autoridades y vecinos en CDMX
Habitantes de la colonia Nueva Santa María, inconformes con la construcción de un albergue migrante, ya lograron pausar la obra, mientras la CDMX busca el retiro de campamentos instalados en la calle.
La resistencia vecinal ya tuvo un primer efecto: que las autoridades capitalinas pausaran la construcción del albergue mientras se desahoga una mesa de diálogo; la CDMX también se comprometió a mostrar los permisos que avalan el proyecto y a valorar la pertinencia de habilitar un centro cultural en vez de dicho alojamiento.
En ningún momento se trata de un tema de xenofobia, eso no va con nosotros, somos muy hospitalarios, pero la negativa es ante una falta de proyecto, ante omisiones e intransigencias de nuestra autoridad”.
Las obras comenzaron en marzo sin avisar ni consultar a los habitantes de la colonia, pero una vecina del edificio aledaño se percató de la construcción al escuchar maquinaria y ruidos de mazos en el predio de El Mural.
Al subir a la azotea de su casa, narran los vecinos, notó a trabajadores de la construcción, pero no observó información visible sobre la obra. No obstante, uno de los obreros le reveló que se trataba de un albergue para migrantes irregulares.
“Era muy evidente que el gobierno intentaba hacer un ‘madruguete’ trabajando a puertas cerradas, en lo oscurito, sin exhibir ningún permiso y violentando cualquier ley o reglamento”, considera el integrante de la Copaco de Nueva Santa María.
Hoy, la construcción se encuentra en pausa, mientras los vecinos piden que se instale en el lugar una casa de cultura, pues afirman la exjefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, comunicó por escrito a la exalcaldesa de Azcapotzalco, Margarita Saldaña, el visto bueno para usar el predio con ese fin, durante la administración anterior.
La reubicación de migrantes se haría durante el primer trimestre del año, sin embargo, el compromiso de la morenista no se ha concretado, pues encontró oposición vecinal, principalmente en Azcapotzalco.
Un rechazo similar se dio el mes pasado ante el cierre del Centro Gerontológico CNMAIC Vicente García Torres, en la colonia San Álvaro de la misma alcaldía, pues corrió el rumor entre los residentes sobre la intención de instalar un albergue migrante en ese sitio.
“Aquí respetamos a los mayores. No al cierre del CNMAIC Vicente García Torres para convertirlo en un albergue para migrantes”, se exponen carteles colocados en casas de la colonia y en cuentas vecinales en redes sociales.
Preocupación ante presencia de migrantes
Los cuerpos de dos personas fueron descubiertos el 11 de abril tras el retiro -en marzo- de un campamento migrante que se había instalado en un pequeño parque ubicado sobre Eje Central Lázaro Cárdenas, en la zona de 100 Metros, cerca de la Central de Autobuses del Norte, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
La fiscal capitalina, Bertha Alcalde, informó que la decisión de retirar el campamento –que se mantenía en el sitio desde 2023– fue tomada por el Gabinete de Seguridad ante indicios de la operación de una célula criminal en el punto.

“Tenemos información de que había una célula criminal que operaba en este campamento, esa fue la razón que justificó que en el ámbito del Gabinete de Seguridad liderado por la jefa de Gobierno se determinara que pudiéramos hacer la limpieza, el retiro de ese campamento (…) Cuando se retira el campamento efectivamente obtuvimos información de parte de los mismos familiares (de una de las víctimas) de que podía encontrarse ahí un cuerpo”, informó la fiscal el 23 de abril.
Las dos personas murieron por traumatismo craneoencefálico, pero solo una de ellas ya fue identificada de origen colombiano. Familiares de la víctima habían denunciado su desaparición dos meses atrás.
Rocío Zavala, vecina de la Nueva Santa María, comenta que existe preocupación por la instalación de un albergue migrante ante la posibilidad de un incremento de inseguridad en esa zona, así como la falta de protocolos para atender a las personas en tránsito.
“A nosotros nos preocupa que nos vengan a quitar nuestra tranquilidad, no contamos con la infraestructura necesaria y tenemos temor porque no hay un protocolo bien llevado de los migrantes; ni siquiera sabemos quiénes son, qué características tienen como individuos, no queremos alterar nuestra sociedad. No queremos tener en nuestra comunidad ni asaltos ni gente con drogas”, señala una vecina.