
Santo Puente.
Miles de vacacionistas atestaron ayer la salida a la autopista México-Cuernavaca, donde los vehículos formaron filas hasta de siete kilómetros. De acuerdo con la información publicada por la Guardia Nacional en la red social X, a las 10 de la noche 20 vehículos salían cada minuto de la capital del país e ingresaban 13. Foto Víctor Camacho
A sus 80 años de edad, Ignacio Ovalle Fernández habrá conseguido el extraño récord de haber pasado por dos organismos públicos de parecido encargo (la Comisión Nacional de Subsistencias Populares y Seguridad Alimentaria Mexicana), en administraciones federales con titulares de distinto signo partidista e incluso confrontados en términos políticos y discursivos (Carlos Salinas de Gortari lo nombró en Conasupo; Andrés Manuel López Obrador, en Segalmex) y con parecidos escándalos de corrupción que no le afectaron en lo judicial ni en su carrera política, quedando los saldos negativos en subalternos administrativos.
Así como en la Conasupo salinista hubo una serie de actos tachados de corruptos, en compras y contratos, con Raúl Salinas de Gortari, hermano del entonces presidente de la República, como segundo en el organigrama, en el caso de la Segalmex obradorista (ya adecuadamente desaparecida durante el actual gobierno) los señalamientos de corrupción (unos 15 mil millones de pesos la cifra inicial, luego ajustada a 2 mil 700 millones) han significado cárcel sólo para subordinados (ayer detuvieron a Hugo Buentello Carbonell, ex subdirector de Operaciones de Segalmex).
Peores cosas ha dicho, en otros momentos, Donald Trump respecto a México y los mexicanos. Pero ayer, en otro de sus alegatos narcisistas, volvió a mostrar ignorancia histórica e incapacidad para leer adecuadamente el presente. Su país, dijo, es una tienda grande y hermosa, de la cual todos quieren un pedazo. Mencionó a China y Japón como interesados en hacerse de una porción. Y soltó, respecto a México y Canadá, que estos dos viven de nosotros. Sin nosotros no tendrían país.
Olvida a conveniencia el desmemoriado Donald que buena parte de lo que hoy es el territorio de su país fue arrebatado a México, virtualmente robado, mediante maniobras como las que pretende realizar ahora el citado Trump en Gaza, Groenlandia y Panamá, a punta de palabrería demagógica y abuso de poder. En el colmo del cinismo, el capo de los aranceles pretende hacer pasar a su país como víctima que ha sido explotada y saqueada por economías extranjeras.
Todo fuera como crear comités o comisiones, acomodar siglas y presentar pliegos de buenas intenciones. Arturo Medina, subsecretario de Gobernación que cumplió en la anterior administración federal el lamentable papel de divisor de familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa, entre otras maniobras ruines, es la figura central de algo llamado Comité Directivo para el Seguimiento y Evaluación del Programa Nacional para Prevenir y Sancionar la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (mayúsculas en el boletín oficial: https://goo.su/rRts)./