

LineaCaliente Edgar Hernández*
Cuando el recomendado de Harfuch, el Contraalmirante de Infantería de Marina “Fuerzas Especiales”, Alfonso Reyes Garcés fue nombrado por Rocío Nahle como Secretario de Seguridad Pública, el pueblo bueno alzó los brazos en júbilo.
No lo podía creer.
Por fin llegaba uno honesto, impecable, lleno de cualidades, de sabiduría, todo un conocedor del teje y maneje del bajo mundo de la delincuencia, pero además un hombre de disciplina que llegaba con el apoyo del Secretario de Seguridad y protección Ciudadana, Omar García Harfush, es decir, del mismísimo Dios.
Del contraalmirante, equivalente al “Papas fritas” de la Marina Armada de México, con su nombramiento todo estaba dicho.
Jefazo de Estudios y subdirector de la Heroica Escuela Naval Militar (HENM), ubicada en Antón Lizardo, municipio de Alvarado, Director de Operaciones Especiales de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP).
¿Qué otras cualidades le atribuyeron al James Bond totonaca?
Bueno, pues como egresado de la Heroica Escuela Naval Militar que era un experto en Paracaidismo, miembro del Batallón de Infantería de Marina Fusileros Paracaidistas y con excelencia en la Capacitación Técnicas y Medios de Especiales de Intervención efectuado en Cuerpo Nacional de Policía en España.
El superhombre, era además diplomado en Seguridad Nacional Escenarios Estratégicos de fin de siglo en “Búsqueda, Localización y Desactivación de Artefactos Explosivos”; experto en Balística Operativa para Funcionarios Policiales de Iberoamérica, efectuado en España, y destacado miembro de Fuerzas Especiales de la Armada de México en “Tácticas de Contraterrorismo, Técnicas y Procedimientos impartido por los U.S. Navy Seals en Isla Socorro.
También destacó en Combate al Terrorismo–Operaciones Especiales efectuado en Base Aérea de Hurlburt Field, Estados Unidos”, en una palabra, un verdadero “¡Chingón!”.
Llegó el ansiado primero de diciembre de 2024 y todo mundo cual premier de Batman en el cine piojito del barrio, esperaba los primeros golpes contra la criminalidad, las primeras acciones que lo mostraran como magister en la lucha contra el terrorismo criminal, como el héroe de las aprehensiones de los líderes de los carteles.
Vaya, que por los menos empezara con acabar con la corrupción dentro de su propia Secretaría, que saneara las finanzas manejadas por el hijo de Eleazar Guerrero, primo hermano del atarantado y que si no los metiera a la cárcel al menos les bajara el billete.
Y, finalmente, que le diera lustre a la jefa.
Pero, nada sucedió.
Al paso de los días, las semanas y los meses se desconoce si este individuo vive en Xalapa o en un barco.
No se le ve por ningún lado.
A la vuelta de casi siete meses nos encontramos con que el contraalmirante no aparece por ningún lado -ya hasta apareció su toto en Canal 5- mientras la delincuencia sigue haciendo de las suyas.
Falso que en Veracruz la criminalidad haya bajado, que la escalada de homicidios sea mínima, que los escenarios de violencia los tenga la SSP bajo su control; que no haya novedades en el frente, ni se sepa de desmantelamiento de algún Cartel o que la escalada de crímenes de odio nos haya descolocado del segundo lugar nacional.
Vaya hay incluso combate a hechos delincuenciales que han cobrado auge en los últimos meses como es el caso del huachicol que asentó sus reales en Poza Rica y el sur del estado.
Y va de cuento.
“Dos Bocas bis”, es una micro refinería clandestina ayer descubierta por fuerzas federales que tiene capacidad de almacenaje de medio millón de litros de crudo.
Dicha refinería -almacén de huachicol- que es el orgullo de las organizaciones criminales ya compite con la petrolera mexicana Deer Park. Localizada en Texas que refina lo mismo que “Dos Bocas bis”.
Pa´colmo «Dos Bocas Bis» está en Coatzacoalcos, donde vive Nahle, a unos pasos de la refinería “buena” Dos Bocas de Tabasco que produce un chorrito y más.
El punto es que la Secretaría de Seguridad Pública nunca supo de la existencia de esa minirefinería que ya va para un lustro de construida con mano de obra estrictamente mexicana, orgullo de la chairiza.
El marino Alfonso Reyes Garcés tampoco se enteró “porque además es un tema federal del cual no nos ocupamos”, dice.
¡Por Díos!
Y bien se dice que solo la cuchara sabe lo que hay en el fondo de la olla.
No es que este buen hombre sea una deshonesto o corrupto, que se haya aliado a los Carteles o que tenga tratos con el Bola #8, no.
Lo que sucede es que al igual que a Ricardo Ahued, el señor de los barquitos y paracaídas fue colocado en el lugar que no le correspondía.
Hombres tan caballerosos y gentiles, igualito al otro, ni modo que se pongan con Sansón a las patadas o se atrevan a negociar temas inconfesables.
No, eso no.
Hoy, a sotto voce es por todos conocido que el multipremiado y reconocido en mar y tierra -más en mar- Alfonso Reyes Garcés está rebasado por su propia corporación; que es un hecho que no le llegan los reportes de los municipios calientes donde sus cuerpos policiacos tiene el pulso de lo que pasa y a qué horas pasa, que la hermandad -raíz corrupta de la SSP- no lo pela ni le comparte negocio alguno; que se entera por las redes y los periodistas locales de las balaceras y violencia callejera, que no le informa nada a la SEGOB porque no tiene nada que informarle.
En una palabra, el galardonado es solo una figura decorativa a quien todos los días y a todas horas se la pasan de humo y esa no es su tragedia, la tragedia es de quien lo puso.
Tiempo a tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo