Algunos indicadores recientes de la economía de los Estados Unidos y de la economía mexicana nos permiten dar como diagnóstico, un frenón en la economía estadounidense y en la de México.
En la economía de los Estados Unidos se destaca que, el indicador del Instituto de Gerentes de Suministro (ISM) para el sector manufacturero, cayó en mayo a 48.5 puntos desde 48.7 en abril, con lo que acumula tres meses seguidos por debajo del nivel de expansión de 50 unidades. El informe indicó que la contracción en la mayoría de los componentes que miden la demanda y la producción se ha desacelerado, y la producción de los insumos ha comenzado a debilitarse. Los índices de los nuevos pedidos, la producción y el empleo se mantuvieron en zona de contracción. Los índices de exportaciones e importaciones se deprimieron aún más, mientras que los precios se aceleraron.
Más preocupante es el Indicador ISM para el sector servicios, que bajó a 49.9 unidades en el pasado mes de mayo, desde 51.6 puntos de abril, traspasando el nivel crítico de 50 unidades que divide la expansión de la contracción del mercado interno.
En el primer trimestre, Estados Unidos presentó una contracción en el GNP (Equivalente al PIB) aunque aún presentaba una actividad robusta, pero las importaciones se dispararon antes de que se impusieran los aranceles y el déficit comercial enorme, que se le resta al GNP, dio un resultado final negativo. Es probable que el segundo trimestre muestre también un resultado negativo, pero por la enorme incertidumbre en lo comercial y en lo fiscal.
En la economía de México también hay señales de estancamiento. En la última encuesta de Citigroup entre analistas del sector privado la estimación del PIB para este año se ha quedado estancada en +0.1 por ciento anual. En la misma cifra está proyectando el Banco de México. Bursamétrica tiene desde noviembre pasado una estimación de -0.5 por ciento anual, como lo publicamos aquí mismo desde entonces, y no la hemos modificado. Las circunstancias que heredó la Dra. Sheinbaum, y la victoria de Trump con el control del Congreso nos llevaron a esta previsión, que en su momento se veía pesimista. El consenso de los analistas andaba en +1.8 por ciento.
Aún y cuando el primer trimestre salió mejor a lo previsto, los indicadores recientes nos están reflejando una tendencia hacia la recesión. En el mercado laboral, por ejemplo, en los últimos dos meses, en las cifras de trabajadores afiliados al IMSS se ha dado una contracción de 93 mil plazas en el sector privado formal. En lo que va del año, no habíamos visto una creación de puestos tan reducida, desde la pandemia. En los últimos 12 meses se han creado solo 23 mil plazas.
Los indicadores del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) para la Manufactura y los Servicios registraron ligera mejora en el mes de mayo. El indicador IMEF Manufacturero ajustado estacionalmente aumentó 1.9 puntos desde el mes anterior y se ubicó en 47.39 unidades; la lectura inferior a 50 marcó contracción por 14 meses continuos. Por su parte, el indicador IMEF No Manufacturero aumentó 0.3 puntos desde abril a 49.43 unidades, aunque marcó contracción por sexto mes consecutivo.
Con nuestros indicadores oportunos de la actividad económica, el IBAM y el IBEM estamos esperando caídas del 0.3 por ciento y del 0.7 por ciento anual para el IGAE de abril y mayo, respectivamente. Ante esto, muy probablemente el PIB al segundo trimestre vuelva al terreno negativo en un 0.4 por ciento anual.