Se puede anteponer el Don, bien ganado y en demostración de respeto; o también es posible referirse como Ahued, en términos de popularidad y confianza. Estamos ante un caso singular de quien, siendo empresario, lleva algún tiempo en la política conservando aceptables niveles de respeto y reconocimiento social. Por su prestigio y eficacia fue un evidente acierto de la Gobernadora Nahle, haberlo nombrado Secretario de Gobierno. Es la segunda posición en la jerarquía gubernamental y estaba muy maltrecha por haber tenido recientemente, sexenio anterior, titulares improvisados, con agenda personal o de bajo perfil. Digamos que volvió la pulcritud y el trabajo político abierto a esa Secretaría.
El Secretario Ahued valora su nombre y su prestigio, eso es indispensable en el servicio público, donde no se debe renunciar a las cuestiones legales y éticas a nombre de fines y el pragmatismo. Eso y su palabra lo hace confiable.
No lo he visto personalmente desde hace un año y medio aproximadamente; como Alcalde tuvo apertura y atención a las gestiones que le presentó la organización ( MOPI ) de la que formo parte. Fui testigo de su alto ritmo de trabajo y de la seriedad con que atendía.
Es evidente que en su cargo actual no aparecerán campañas de promoción personal ni acoso a líderes sociales y a periodistas. Se tiene una ventana con el Gobierno en el Secretario y rinde buenas cuentas a los veracruzanosy a la Gobernadora. Igualmente, en el Subsecretario Pozos , tiene a la dupla completa para atención de los asuntos políticos en Veracruz. Hablar de ingobernabilidad es demasiado general y no implica directamente al Secretario en asuntos de violencia y de seguridad. El perfil de Ahued es de diálogo y la verdad, no de lo que se conoce como mano dura; su estilo y conducta política es lo más apropiado para la realidad veracruzana; en los hechos reconoce la pluralidad social y política de Veracruz. En el actual contexto electoral un funcionario así debe ser recibido con aceptación de parte de los partidos políticos y sus candidatos.
En fin, lo que escribo lo dicta mi conciencia, no podría ser omiso, indiferente o apático ante el relativo y fugaz debate que se ha dado sobre el papel de la Secretaría de Gobierno en el momento actual de Veracruz. Digo lo que me consta y me enfoco en hechos.
Le conviene a nuestra vida pública tener autoridades con las características de Ahued: decente, de palabra, serio y transparente. No hay lugar para grillos y abusos.