Las esperanzas de conversaciones nucleares con Irán se ven atenuadas por amenazas y mensajes contradictorios
Por: Parham Ghobadi
Mientras Irán y Estados Unidos se preparan para celebrar una segunda ronda de conversaciones nucleares de alto riesgo en Roma, las esperanzas de una desescalada se ven atenuadas por crecientes amenazas militares y mensajes contradictorios.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le recuerda a Teherán casi todos los días cuáles son sus opciones: un acuerdo o la guerra.
Anteriormente había dicho que Israel lideraría una respuesta militar si las conversaciones fracasaban.
El miércoles, el New York Times informó que Trump había «desestimado» un plan israelí de atacar instalaciones nucleares iraníes el próximo mes.
«No diría que lo descarté. No tengo prisa por hacerlo», dijo Trump a los periodistas en respuesta al artículo del jueves, añadiendo que prefería darle una oportunidad a la diplomacia.
Creo que Irán tiene la oportunidad de tener un gran país y vivir feliz sin la muerte… Esa es mi primera opción. Si hay una segunda opción, creo que sería muy perjudicial para Irán.
Después de que ambas partes describieran la primera ronda de conversaciones en Omán el fin de semana pasado como constructiva, Trump dijo que «tomaría una decisión sobre Irán muy rápidamente».
¿Por qué Irán volvió a la mesa de negociaciones?
En 2018, Trump retiró a Estados Unidos de un acuerdo de 2015 que obligaba a Irán a limitar sus actividades nucleares y permitir inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a cambio de un alivio de las sanciones.
Dijo que hizo demasiado poco para detener el camino potencial de Irán hacia un arma nuclear y restableció las sanciones estadounidenses como parte de una campaña de «máxima presión» para obligar a Irán a negociar un nuevo acuerdo.
Sin embargo, Irán se negó y, como represalia, incumplió cada vez más las restricciones. Ahora ha acumulado suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar varias bombas si así lo deseara, algo que afirma que jamás haría.
Agencia de Protección Ambiental
Al presidente Masoud Pezeshkian se le mostró la tecnología nuclear de Irán en una exposición en Teherán a principios de este mes.
La amenaza de una acción militar parece haber contribuido a que Irán volviera a la mesa de negociaciones. Sin embargo, insiste en que esa no es la razón.
El sitio web del Líder Supremo, Ayatolá Ali Khamenei, dijo que Irán había aceptado las conversaciones sólo porque Estados Unidos limitó sus demandas estrictamente a cuestiones nucleares, no por temor a ataques estadounidenses e israelíes.
Aun así, llegar a un acuerdo está lejos de ser seguro.
El enviado especial de Trump a Oriente Medio, Steve Witkoff, quien lidera el equipo negociador estadounidense, publicó en X el martes: «Cualquier acuerdo final debe establecer un marco para la paz, la estabilidad y la prosperidad en Oriente Medio, lo que significa que Irán debe detener y eliminar su programa de enriquecimiento y armamento nuclear».
Esto ocurrió apenas un día después de que sugiriera en una entrevista con Fox News que a Irán se le permitiría continuar enriqueciendo uranio.
AFP
El enviado estadounidense Steve Witkoff (izq.) y el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi (der.), encabezan los dos equipos negociadores.
«No necesitan enriquecer más allá del 3,67%», dijo, refiriéndose al límite establecido por el acuerdo nuclear de 2015.
«Se centrará principalmente en la verificación del programa de enriquecimiento y, en última instancia, en la verificación del uso de armas».
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, jefe de la delegación iraní, respondió señalando las «declaraciones contradictorias» de Witkoff y subrayando que «las posiciones reales se aclararán en la mesa de negociaciones».
«Estamos dispuestos a generar confianza respecto a las posibles preocupaciones sobre el enriquecimiento de uranio por parte de Irán, pero el principio del enriquecimiento no es negociable», afirmó.
Ráfaga diplomática
Las conversaciones de este sábado en Roma se producen en medio de un frenesí de actividad diplomática.
El ministro de Defensa de Arabia Saudita, el príncipe Khalid bin Salman, visitó Teherán el jueves y entregó un mensaje personal de su padre, el rey Salman, al ayatolá Jamenei. También se reunió con el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian.
Irán ha advertido que cualquier acción militar estadounidense se enfrentaría a represalias contra bases estadounidenses en la región, muchas de ellas ubicadas en vecinos árabes de Irán.
Agencia de Protección Ambiental
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei (derecha), se reunió con el ministro de Defensa saudí, el príncipe Khalid bin Salman (izquierda), en Teherán.
Al mismo tiempo, Araghchi visitó Moscú y entregó una carta de Jamenei al presidente ruso, Vladimir Putin.
Irán y Rusia han fortalecido sus lazos militares desde el comienzo de la guerra en Ucrania, y Teherán está acusado de suministrar drones para apoyar el esfuerzo bélico de Moscú.
El parlamento ruso ratificó hace 10 días una asociación estratégica de 20 años entre Irán y Rusia. Sin embargo, el acuerdo no incluye una cláusula de defensa mutua.
Mientras tanto, el jefe del OIEA, Rafael Grossi, completó una visita de dos días a Teherán esta semana, reuniéndose con funcionarios nucleares iraníes y el ministro de Relaciones Exteriores en un intento de aliviar las tensiones y restablecer los protocolos de inspección.
Atmósfera de desconfianza
Desde que Trump regresó al cargo este año, el Ayatolá Jamenei ha denunciado constantemente las negociaciones con Washington.
«Negociar con esta administración no es lógico, ni sabio, ni honorable», dijo en un discurso en febrero, apenas dos meses antes de aceptar la actual ronda de conversaciones.
La desconfianza del líder supremo se debe a la retirada de Trump del acuerdo nuclear, la campaña de «máxima presión» que siguió y el asesinato del general Qassem Soleimani en un ataque estadounidense en Irak en 2020.
El Ayatolá Jamenei expresó su satisfacción por la primera ronda de conversaciones y afirmó que «se implementó bien».
Pero advirtió que no era «ni demasiado optimista ni demasiado pesimista».
Imágenes Getty
Hasta seis bombarderos B-2 estadounidenses se trasladaron en marzo a una base en la isla de Diego García, en el océano Índico.
También advirtió previamente que Irán tomaría represalias en caso de ataques a su programa nuclear.
Algunos funcionarios, incluido su asesor Ali Larijani, incluso han dicho que Irán podría verse «obligado» a adquirir un arma nuclear si es atacado.
«No buscamos armas y no tenemos ningún problema con la supervisión del OIEA, ni siquiera indefinidamente. Pero si recurren a los bombardeos, Irán no tendrá más remedio que reconsiderarlo. Eso no les conviene», declaró Larijani a la televisión estatal a principios de este mes.
¿Directo o indirecto?
Cada lado está impulsando su propia narrativa sobre cómo se llevan a cabo las conversaciones.
Estados Unidos afirma que son directos. Irán dice que son indirectos, y que Omán está mediando mediante el intercambio de notas escritas.
Después de la primera ronda en Mascate, Araghchi reconoció que tuvo un breve intercambio con Witkoff «por cortesía diplomática» después de cruzarse.
El sitio web de noticias estadounidense Axios, citando fuentes, informó que los dos negociadores principales hablaron durante hasta 45 minutos.
Teherán prefiere el secretismo. Washington busca publicidad.
Después de que ambas partes emitieran declaraciones positivas sobre la primera ronda, la moneda de Irán aumentó un 20%.
Los dirigentes iraníes son muy conscientes del descontento público por las duras condiciones económicas del país y del potencial de protestas que esto puede desencadenar.
Para la República Islámica, el temor no son sólo las bombas: también las protestas.
Adán Augusto, el capo más visible de la relación Morena-narco 24 de julio de 2025
INFORME ROJO MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
Su narcopolicía fue impune
Líderes de La Barredora, el cártel que incendió Tabasco
Morena lo arropa
Andy y Monreal se esfuman
Hijo de Sandra Collins, zar de las pipas de agua
Obliga fuerza policíaca a notario a entregar al hijo a su mamá
Meister, más alcohol en el malecón
Marcado por la desgracia, al narcosenador apenas si le da para escuchar. “No estás solo, no estás solo”, grita la broza morenista. Y Adán Augusto sabe que así es. No está solo. Lo acompañan otros como él, la cúpula de Morena, los que entregan el poder al narco, la banda criminal.
No está solo pero sí desencajado, apabullado por el escándalo, por su policía estrella, Hernán Bermúdez Requena, alias Comandante H, un matón con 20 años en la delincuencia, torturador y asesino, líder de un escuadrón de la muerte, La Barredora, al que Adán Augusto López Hernández, siendo gobernador de Tabasco, hizo secretario de Seguridad.
“No estás solo”, le dicen sus correligionarios al soberbio senador, intentando deslindar al “hermano” de Andrés Manuel López Obrador del mayor episodio de narcopolítica que haya sacudido a la 4T, afanosos en maquillar el nivel de complicidad, limpiar el lodo yu la sangre, la violencia brutal de La Barredora, los muertos, los quemados, los cercenados, la explosiva extorsión.
A Adán Augusto se le vio llegar al Consejo Político Nacional de Morena desplomado, sin la magia del poder, sin aureola de victoria, sin los aires de gran señor. Llegó callado, jodido, imputado como el aberrante gobernador que sabiendo el historial de Bermúdez Requena, le entregó la seguridad de Tabasco a un cártel, y ese cártel, La Barredora, cuando entró en conflicto, se volvió brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ocho días tardó Adán Augusto en aparecer. Ocho días en silencio. Ocho días sin sus bravatas. Y cuando asomó, su rostro era un funeral.
Fueron los militares los que detonaron el escándalo. Revelaron la orden aprehensión que pesa sobre el narcopolicía, el dilecto amigo y protegido del ex gobernador, ex secretario de Gobernación y hoy líder de Morena en el Senado de la República.
A los militares les tocó llevar a Adán Augusto López Hernández al paredón. y ahí no hay Obrador que valga. La orden provino de palacio nacional. Y desató a la jauría. Y una parte de la secta atizó el fuego, augurando el fin del ex secretario de Gobernación, el hermano político de López Obrador. Y otra salió en su defensa, los que gritan “no estás solo”, los que dicen que tuvo a Hernán Bermúdez a su lado pero nunca supo que era un líder criminal. Es el síntoma de que en Morena hay implosión.
Bermúdez Requena fue señalado por el general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30ª Zona Militar. Reveló que existía orden de aprehensión en su contra. Y ahí reventó Adán.
La forma es fondo. Los militares nunca hablan, menos en un programa de televisión. Y cuando lo hacen es porque la cadena de mando así lo establece. La orden tuvo que pasar por el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla. Y debió tener el aval de la presidente Claudia Sheinbaum.
El caso Adán Augusto-Bermúdez Requena es un asunto de Estado, una pincelada de narcogobierno y, paralelamente, una fractura mayor en Morena.
Al Consejo Nacional de Morena no llegó Andrés Manuel López Beltrán –Andy, el de los negocios del Peje– ni Ricardo Monreal, líder de los diputados federales del obradorismo. Saben que Adán Augusto ya es cadáver y apesta.
Así diga Luisa María Alcalde que Morena no encubre, el lodazal de Adán Augusto y La Barredora tiene tufo a huachicol a droga, a extorsión.
Hace 20 años que Hernán Bermúdez se mueve en el bajo mundo. Fue detenido por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la entonces Procuraduría General, en 2006, por la tortura y asesinato del ganadero Ponciano Vázquez Lagunes, en Huimanguillo, Tabasco, y luego dejado en libertad.
Venía de las filas priistas, primero con el gobernador Manuel Gurría Ordóñez, luego con Roberto Madrazo Pintado. Fue compañero de gabinete de Adán Augusto, a la postre el notario de sus empresas familiares.
En 2018, el Ejército documentó sus ligas con grupos criminales. Ese informe pasó a manos de un grupo consultor que lo entregó a Adán Augusto López Hernández. Al verlo, el entonces gobernador de Tabasco despidió al grupo consultor y se quedó con Hernán Bermúdez. Morena tenía ya a su narcopolicía en la cúspide del poder.
En 2020, nuevos informes de inteligencia militar revelaron que el secretario de Seguridad de Tabasco operaba para La Barredora. La Secretaría de Seguridad le proporcionaba armamento, vehículos y dinero al grupo criminal. Y todo lo supo López Hernández.
En 2021, cuando Adán Augusto se convirtió en secretario de Gobernación con López Obrador, su relevo, Carlos Merino sostuvo a Bermúdez Requena por algunos meses en la Secretaría de Seguridad.
Ese año, Hernán Bermúdez se afilió a Morena. Acudía a congresos, a eventos, el narcopolicía con los colores del partido de López Obrador.
La Barredora intensificó entonces el robo de combustible, millones de barriles extraería a la postre de Dos Bocas, donde se construyó la fallida refinería Olmeca, y de la extorsión y el tráfico de droga. Y entonces Tabasco se incendió. Atacó bares, sembrando muerte. Levantó gente, cuyas cabezas aparecían en los toldos y cofres de automóviles.
En 2022, la prensa crítica documentó la historia negra del narcopolicía. Hizo públicos detalles y episodios violando la ley, operando para La Barredora, el escuadrón de la muerte con el que se deshacían de células delictivas rivales.
Adán Augusto siempre supo que Hernán Bermúdez Requena era un criminal. Y lo encubrió. Fue su cómplice. Lo dejó correr.
Nada lo exime hoy. Su narcogobierno es el reflejo del narcopoder morenista, el espejo del crimen organizado cobijado en las instituciones y sus capos militando en Morena.
Adán Augusto arde en el infierno del escándalo. Su caída no la atenúan las porras del Consejo Nacional de Morena, los gritos de “no estás solo”, ni las maromas de Luisa María Alcalde para exculparlo, ni las piruetas del senador Fernández Noroña alegando que La Barredora nadie la conocía y que hoy se magnifica artificialmente su poder.
La suerte del “hermano político” de Andrés Manuel está echada. Y la de Morena igual. Es un narcopartido, en un narcogobierno, con un narcopolicía que hasta se volvió militante.
Sheinbaum, que fue ninguneada por Adán Augusto a menudo saboteada, lo lanza a los leones, intentando atenuar los daños, sabiendo que su gobierno también se embarró dando contratos a las empresas de familiares del Comandante H.
El caos asoma ya. Mientras la cúpula obradorista intenta contener el escándalo, las tribus morenistas festejan y otras se regodean viendo cómo pierde el paraíso el narcosenador.
La implosión ya comenzó.
METADATO
Jugoso negocio tener a cargo 10 pipas de agua; es el botín del hijo de Sandra Collins. Erick Edmundo Ayuso Collins regentea lo que se haga con ellas. Dos son propiedad de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos; otras dos las “recomendó” el alcalde Amado Cruz Malpica; el resto, contratistas locales. Por cada pipa, CMAS paga entre 80 y 100 mil pesos mensuales de renta. El operador de la pipa, el diesel y los servicios de la unidad, se incluyen en el contrato. Pero lo que se haga con el agua que se envía a colonias y sectores con desabasto, es asunto del joven Ayuso Collins. “Los piperos le pasan una cáscara”, cuenta un insider morenista. Las pipas son cargadas en las llenaderas de CMAS, en la avenida Revolución, y en la Noria de la colonia Santa Isabel. Un jugosísimo negocio dada la carencia de agua, que en unos días se agudizará por la temporada de estiaje o si se le ocurre a los tatahuis cerrar las válvulas de la presa Yuribia. Todo ocurre en las santísimas narices de la directora, Hildeliza Díaz Calafel, que ve pero hace como que no ve. Sandra Collins Coronel, la regidora, ex priista, del grupo político de Gonzalo Guízar Valladares y coordinadora de campaña del candidato de Morena a la alcaldía de Coatzacoalcos, pujó duro para insertar a su hijo Erick en la planilla guinda. Pretendía que fuera regidor. O sea, heredarle el cargo como si fuera franquicia familiar. No pudo. Ahora se espera que Pedro Miguel Rosaldo García lo convierta en funcionario de alto nivel, una vez que sea alcalde. A los priistas y ex priistas lo que pidan. A menos que rasque en CMAS y se lleve una sorpresa fenomenal… Con operativo policíaco, el notario público Alejandro “D” tuvo que entregar al hijo a su mamá. Vinculado a proceso por violencia intrafamiliar, señalado de haberle mentido a la Fiscalía de Veracruz acusando a su ex pareja sentimental de robo de su patente de notario y de un anillo de compromiso que él mismo obsequió, el truhán se había venido valiendo de tretas para retener a su lado al menor. Indebidamente, la jueza María Alicia Caram Castro concedió que el hijo permaneciera a su lado pese a estar vinculado a proceso. Indebidamente y por complicidad, el secretario de Gobierno y conserje mayor de palacio, Ricardo Ahued Bardahuil, no lo ha separado del cargo mientras dura el proceso pese a que la Ley del Notariado así lo establece. Indebidamente y por colusión, la fiscal Verónica Hernández Giadáns, notaria también, ha permanecido pasiva, omisa, sin solicitar separarlo de la notaría que tiene su sede en Chinameca aunque Alejandro “D” reside en Coatzacoalcos. Evadió la ley cuanto pudo hasta el jueves 17 cuando mediante un operativo policíaco tuvo que entregar al menor a su madre, Maquis “N”. Por meses, el notario de marras impidió que tuvieran la convivencia de ley. Alejandro “D” vivirá otro infierno cuando las damas que usan las joyas de su ex sean acusadas del delito de robo; evidencia gráfica hay. Y un infierno más cuando enfrente el intento de homicidio al intentar arrojar a su ex desde un balcón cuando residían en la Ciudad de México. Y entonces el notario arderá… Más alcohol en el malecón. El nuevo antro, Meister, llega a saciar la sed de los proclives al trago. Se ubica en los dominios de Pepe Chagra, que sólo renta el local, lo que antes fuera el salón Cha-Sa, por años olvidado y luego, ya siendo regidor en los tiempos de Joaquín Caballero Rosiñol, pudo remodelar, darle dimensión, un par de pisos, terraza, lo mejor para quien deseara realizar eventos. Meister anuncia cubetazos a 150 pesos y alcohol a discreción. A la par, Amado Cruz Malpica aprieta a los remolques que ofrecen bebidas alcohólicas. El que pueda pagar el permiso, se queda; el que no, se va del malecón. Y hay quienes evidencian que ya tenían arreglo con los inspectores de alcoholes hasta que les subieron la cuota oficial…
Adán Augusto, el capo más visible de la relación Morena-narco 24 de julio de 2025
Por:
INFORME ROJO MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
Su narcopolicía fue impune
Líderes de La Barredora, el cártel que incendió Tabasco
Morena lo arropa
Andy y Monreal se esfuman
Hijo de Sandra Collins, zar de las pipas de agua
Obliga fuerza policíaca a notario a entregar al hijo a su mamá
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Marcado por la desgracia, al narcosenador apenas si le da para escuchar. “No estás solo, no estás solo”, grita la broza morenista. Y Adán Augusto sabe que así es. No está solo. Lo acompañan otros como él, la cúpula de Morena, los que entregan el poder al narco, la banda criminal.
No está solo pero sí desencajado, apabullado por el escándalo, por su policía estrella, Hernán Bermúdez Requena, alias Comandante H, un matón con 20 años en la delincuencia, torturador y asesino, líder de un escuadrón de la muerte, La Barredora, al que Adán Augusto López Hernández, siendo gobernador de Tabasco, hizo secretario de Seguridad.
“No estás solo”, le dicen sus correligionarios al soberbio senador, intentando deslindar al “hermano” de Andrés Manuel López Obrador del mayor episodio de narcopolítica que haya sacudido a la 4T, afanosos en maquillar el nivel de complicidad, limpiar el lodo yu la sangre, la violencia brutal de La Barredora, los muertos, los quemados, los cercenados, la explosiva extorsión.
A Adán Augusto se le vio llegar al Consejo Político Nacional de Morena desplomado, sin la magia del poder, sin aureola de victoria, sin los aires de gran señor. Llegó callado, jodido, imputado como el aberrante gobernador que sabiendo el historial de Bermúdez Requena, le entregó la seguridad de Tabasco a un cártel, y ese cártel, La Barredora, cuando entró en conflicto, se volvió brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ocho días tardó Adán Augusto en aparecer. Ocho días en silencio. Ocho días sin sus bravatas. Y cuando asomó, su rostro era un funeral.
Fueron los militares los que detonaron el escándalo. Revelaron la orden aprehensión que pesa sobre el narcopolicía, el dilecto amigo y protegido del ex gobernador, ex secretario de Gobernación y hoy líder de Morena en el Senado de la República.
A los militares les tocó llevar a Adán Augusto López Hernández al paredón. y ahí no hay Obrador que valga. La orden provino de palacio nacional. Y desató a la jauría. Y una parte de la secta atizó el fuego, augurando el fin del ex secretario de Gobernación, el hermano político de López Obrador. Y otra salió en su defensa, los que gritan “no estás solo”, los que dicen que tuvo a Hernán Bermúdez a su lado pero nunca supo que era un líder criminal. Es el síntoma de que en Morena hay implosión.
Bermúdez Requena fue señalado por el general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30ª Zona Militar. Reveló que existía orden de aprehensión en su contra. Y ahí reventó Adán.
La forma es fondo. Los militares nunca hablan, menos en un programa de televisión. Y cuando lo hacen es porque la cadena de mando así lo establece. La orden tuvo que pasar por el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla. Y debió tener el aval de la presidente Claudia Sheinbaum.
El caso Adán Augusto-Bermúdez Requena es un asunto de Estado, una pincelada de narcogobierno y, paralelamente, una fractura mayor en Morena.
Al Consejo Nacional de Morena no llegó Andrés Manuel López Beltrán –Andy, el de los negocios del Peje– ni Ricardo Monreal, líder de los diputados federales del obradorismo. Saben que Adán Augusto ya es cadáver y apesta.
Así diga Luisa María Alcalde que Morena no encubre, el lodazal de Adán Augusto y La Barredora tiene tufo a huachicol a droga, a extorsión.
Hace 20 años que Hernán Bermúdez se mueve en el bajo mundo. Fue detenido por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la entonces Procuraduría General, en 2006, por la tortura y asesinato del ganadero Ponciano Vázquez Lagunes, en Huimanguillo, Tabasco, y luego dejado en libertad.
Venía de las filas priistas, primero con el gobernador Manuel Gurría Ordóñez, luego con Roberto Madrazo Pintado. Fue compañero de gabinete de Adán Augusto, a la postre el notario de sus empresas familiares.
En 2018, el Ejército documentó sus ligas con grupos criminales. Ese informe pasó a manos de un grupo consultor que lo entregó a Adán Augusto López Hernández. Al verlo, el entonces gobernador de Tabasco despidió al grupo consultor y se quedó con Hernán Bermúdez. Morena tenía ya a su narcopolicía en la cúspide del poder.
En 2020, nuevos informes de inteligencia militar revelaron que el secretario de Seguridad de Tabasco operaba para La Barredora. La Secretaría de Seguridad le proporcionaba armamento, vehículos y dinero al grupo criminal. Y todo lo supo López Hernández.
En 2021, cuando Adán Augusto se convirtió en secretario de Gobernación con López Obrador, su relevo, Carlos Merino sostuvo a Bermúdez Requena por algunos meses en la Secretaría de Seguridad.
Ese año, Hernán Bermúdez se afilió a Morena. Acudía a congresos, a eventos, el narcopolicía con los colores del partido de López Obrador.
La Barredora intensificó entonces el robo de combustible, millones de barriles extraería a la postre de Dos Bocas, donde se construyó la fallida refinería Olmeca, y de la extorsión y el tráfico de droga. Y entonces Tabasco se incendió. Atacó bares, sembrando muerte. Levantó gente, cuyas cabezas aparecían en los toldos y cofres de automóviles.
En 2022, la prensa crítica documentó la historia negra del narcopolicía. Hizo públicos detalles y episodios violando la ley, operando para La Barredora, el escuadrón de la muerte con el que se deshacían de células delictivas rivales.
Adán Augusto siempre supo que Hernán Bermúdez Requena era un criminal. Y lo encubrió. Fue su cómplice. Lo dejó correr.
Nada lo exime hoy. Su narcogobierno es el reflejo del narcopoder morenista, el espejo del crimen organizado cobijado en las instituciones y sus capos militando en Morena.
Adán Augusto arde en el infierno del escándalo. Su caída no la atenúan las porras del Consejo Nacional de Morena, los gritos de “no estás solo”, ni las maromas de Luisa María Alcalde para exculparlo, ni las piruetas del senador Fernández Noroña alegando que La Barredora nadie la conocía y que hoy se magnifica artificialmente su poder.
La suerte del “hermano político” de Andrés Manuel está echada. Y la de Morena igual. Es un narcopartido, en un narcogobierno, con un narcopolicía que hasta se volvió militante.
Sheinbaum, que fue ninguneada por Adán Augusto a menudo saboteada, lo lanza a los leones, intentando atenuar los daños, sabiendo que su gobierno también se embarró dando contratos a las empresas de familiares del Comandante H.
El caos asoma ya. Mientras la cúpula obradorista intenta contener el escándalo, las tribus morenistas festejan y otras se regodean viendo cómo pierde el paraíso el narcosenador.
La implosión ya comenzó.
METADATO
Jugoso negocio tener a cargo 10 pipas de agua; es el botín del hijo de Sandra Collins. Erick Edmundo Ayuso Collins regentea lo que se haga con ellas. Dos son propiedad de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos; otras dos las “recomendó” el alcalde Amado Cruz Malpica; el resto, contratistas locales. Por cada pipa, CMAS paga entre 80 y 100 mil pesos mensuales de renta. El operador de la pipa, el diesel y los servicios de la unidad, se incluyen en el contrato. Pero lo que se haga con el agua que se envía a colonias y sectores con desabasto, es asunto del joven Ayuso Collins. “Los piperos le pasan una cáscara”, cuenta un insider morenista. Las pipas son cargadas en las llenaderas de CMAS, en la avenida Revolución, y en la Noria de la colonia Santa Isabel. Un jugosísimo negocio dada la carencia de agua, que en unos días se agudizará por la temporada de estiaje o si se le ocurre a los tatahuis cerrar las válvulas de la presa Yuribia. Todo ocurre en las santísimas narices de la directora, Hildeliza Díaz Calafel, que ve pero hace como que no ve. Sandra Collins Coronel, la regidora, ex priista, del grupo político de Gonzalo Guízar Valladares y coordinadora de campaña del candidato de Morena a la alcaldía de Coatzacoalcos, pujó duro para insertar a su hijo Erick en la planilla guinda. Pretendía que fuera regidor. O sea, heredarle el cargo como si fuera franquicia familiar. No pudo. Ahora se espera que Pedro Miguel Rosaldo García lo convierta en funcionario de alto nivel, una vez que sea alcalde. A los priistas y ex priistas lo que pidan. A menos que rasque en CMAS y se lleve una sorpresa fenomenal… Con operativo policíaco, el notario público Alejandro “D” tuvo que entregar al hijo a su mamá. Vinculado a proceso por violencia intrafamiliar, señalado de haberle mentido a la Fiscalía de Veracruz acusando a su ex pareja sentimental de robo de su patente de notario y de un anillo de compromiso que él mismo obsequió, el truhán se había venido valiendo de tretas para retener a su lado al menor. Indebidamente, la jueza María Alicia Caram Castro concedió que el hijo permaneciera a su lado pese a estar vinculado a proceso. Indebidamente y por complicidad, el secretario de Gobierno y conserje mayor de palacio, Ricardo Ahued Bardahuil, no lo ha separado del cargo mientras dura el proceso pese a que la Ley del Notariado así lo establece. Indebidamente y por colusión, la fiscal Verónica Hernández Giadáns, notaria también, ha permanecido pasiva, omisa, sin solicitar separarlo de la notaría que tiene su sede en Chinameca aunque Alejandro “D” reside en Coatzacoalcos. Evadió la ley cuanto pudo hasta el jueves 17 cuando mediante un operativo policíaco tuvo que entregar al menor a su madre, Maquis “N”. Por meses, el notario de marras impidió que tuvieran la convivencia de ley. Alejandro “D” vivirá otro infierno cuando las damas que usan las joyas de su ex sean acusadas del delito de robo; evidencia gráfica hay. Y un infierno más cuando enfrente el intento de homicidio al intentar arrojar a su ex desde un balcón cuando residían en la Ciudad de México. Y entonces el notario arderá… Más alcohol en el malecón. El nuevo antro, Meister, llega a saciar la sed de los proclives al trago. Se ubica en los dominios de Pepe Chagra, que sólo renta el local, lo que antes fuera el salón Cha-Sa, por años olvidado y luego, ya siendo regidor en los tiempos de Joaquín Caballero Rosiñol, pudo remodelar, darle dimensión, un par de pisos, terraza, lo mejor para quien deseara realizar eventos. Meister anuncia cubetazos a 150 pesos y alcohol a discreción. A la par, Amado Cruz Malpica aprieta a los remolques que ofrecen bebidas alcohólicas. El que pueda pagar el permiso, se queda; el que no, se va del malecón. Y hay quienes evidencian que ya tenían arreglo con los inspectores de alcoholes hasta que les subieron la cuota oficial…