
Crónica de una tarifa incierta
Antier, bajo el cielo húmedo de Xalapa, le hice la parada a un taxi sobre la avenida Murillo Vidal. El conductor frenó con desgano, como si lo fastidiara la vida o la falta de gasolina. Me subí sin regatear. “Al Café Colón, por favor, en Ávila Camacho”, le dije, mientras ya pensaba en el reencuentro breve con Emiliano, que venía desde Misantla solo para desayunar.
El radio iba a todo volumen, como si compitiera con mis pensamientos. La voz de un locutor opinaba con desparpajo sobre la política local, y mientras trataba de ignorar la estridencia, me encontré repasando mentalmente las declaraciones que días atrás había hecho la gobernadora Rocío Nahle sobre las tarifas de taxi en Veracruz. Según ella, el cobro justo debía oscilar entre los 14 y los 24 pesos. Lo dijo con ese tono categórico de quien no ha tomado un taxi en años.
Pero el gremio de taxistas no tardó en responder: ¿cómo cobrar 14 pesos si el litro de gasolina está en 25? La pregunta es válida, incluso lógica. Sin embargo, del otro lado, los usuarios cargamos también con el precio de la informalidad tarifaria, del abuso cotidiano y de una política pública que parece improvisada. La mandataria prometió que justo ese día, lunes 14 de julio, se anunciarían las nuevas tarifas oficiales. No ocurrió. Se pospuso. Y con ello, se perpetuó el limbo.
Llegando al Colón, el taxista me dijo con voz seca: “Son 40”. No discutí. Se los pagué. No me pareció injusto. Pero me quedó un sabor amargo: ni él sabía por qué cobraba eso, ni yo sabía con certeza cuánto debía pagar. ¿Qué pasa cuando la autoridad deja a los ciudadanos sin reglas claras? La informalidad se vuelve norma, la confusión un estado natural de las cosas.
Y es que entre la declaración oficial y la realidad del asiento trasero uno ya no sabe cuánto se debe pagar, pues las autoridades han admitido que desde 2002 no se ha actualizado el tarifario con base en la inflación, como exige la ley. Dos décadas sin poner orden en algo tan cotidiano como un viaje en taxi. El secretario de gobierno, Ricardo Ahued, lo explicó en conferencia, dando un nuevo plazo: entre el 21 y 27 de julio se espera el anuncio oficial. Mientras tanto, seguiremos viajando entre cifras inciertas, promesas sin fecha y la música estridente de un radio que suena más fuerte que la lógica del gobierno
¿Por qué no está ahorita? Preguntaron en la rueda de prensa que daba la gobernadora ese lunes, que yo viajaba en taxi, y Ahued contestaba: “-Porque hay cinco zonas. Los taxistas dividen en siete, y esas cinco zonas donde establece la ley vigente, el reglamento actual, específicamente en las zonas y en algunas por alguna situación nos encontramos que habían hecho alguna modificación de facto», ¿explicó? el secretario.
Ahued dijo que el trabajo de las nuevas tarifas se hace con «delicadeza para proteger al usuario», pero trascendió que en una reunión previa de las autoridades estatales con líderes transportistas, se acordó de manera temporal un tarifario para Xalapa: 40 pesos para el primer perímetro, 50 pesos para el segundo perímetro, 60 pesos para el tercer perímetro y 70 para el cuarto perímetro, todos los precios fuera de esas zonas serán acordadas entre el chofer y los usuarios.
Y de mientras me preguntaba Emiliano frente a una taza de café en el Colón, ¿Qué sabes de las tarifas de los taxis? Tomé uno hace rato, pues dejé el carro en el lavado y me cobró 70 pesos, yo solo atiné a quedarme boquiabierta…