Pero Cuitláhuac García no es un actor político que haga olas, la escasa experiencia política que haya adquirido en su desempeño como gobernador no es suficiente para convertirse en factor de poder en Veracruz (pues tampoco tiene grupo político a su alrededor y lo que pudiera tener es intrascendente), o bien su incapacidad para controlar a su secretario de gobierno, algo de eso pudo haber influido en la muy evidente brecha que se ha abierto con su virtual sucesora ¿ese distanciamiento quedará en simple deslinde o habrá barrido para atrás y algunos de sus colaboradores pagarán por sus excesos? En ese horizonte, no se olvida que Cuitláhuac pisó callos, Dante Delgado, Ricardo Monreal, entre otros, fueron aludidos con mucho sarcasmo y en esto cabe la expresión: “al violador se le olvida a la preñada nunca”, son, sin duda, los gajes del poder y así casi siempre sucede cuando llega el tiempo ineludible de recoger las varas de los “cuetes” tronados durante la vorágine festiva. Porque en política el que se ríe se lleva.
