Lo que el votante pidió

Viri Rios

No es normal

No es normal   Viri Rios

Muchos están convencidos de que los resultados de la elección son evidencia contundente de que existe un apoyo mayoritario al plan “plan C”—al conjunto de reformas que López Obrador propuso en febrero

Hoy quiero llamar a ser cautos con esta interpretación. Me parece que los datos y el territorio cuentan una historia un tanto distinta.

Los datos muestran que las dos principales razones por las que la gente votó por Sheinbaum fueron “continuar con la transformación” y “sus ideas y propuestas”. Considerando la encuesta de salida de El Financiero, podría estimarse que la primera fue casi dos veces más importante que la segunda.

La diferencia importa porque ambas motivaciones son abismalmente distintas. La primera habla de un electorado satisfecho. Un votante que observa aspectos positivos del sexenio de López Obrador y elige continuarlos. La segunda habla de un electorado experimental. Un votante ávido de implementar ideas y propuestas que refrenden la visión más amplia del obradorismo.

Es decir, mientras que la segunda motivación bien pudiera estar directamente relacionada con el deseo del votante de implementar el plan C, la primera motivación por definición no puede estarlo porque el plan C no es un aspecto positivo del sexenio de López Obrador cuyos efectos la gente desee continuar observando. El plan C es una visión reformista experimental cuyos efectos concretos, en estricto sentido, son aún desconocidos y dependen de múltiples variables. Muchas de ellas ni siquiera en control de Morena.

En territorio, salvo entre las huestes morenistas más politizadas, la gente rara vez habla del plan C. Me atrevo a decir que, en mi experiencia, incluso entre los que hablan positivamente del plan C, lo que describen no es un apoyo concreto al conjunto de reformas que López Obrador propuso en febrero. El apoyo es y proviene de la esperanza de que los cambios que implemente Morena (sean legislativos o no) permitan, acentúen y avancen con mayor rapidez los aspectos positivos que se observaron en este sexenio. Como ha mostrado mi investigación, el principal aspecto positivo de este sexenio ha sido la mejora en el ingreso laboral.

El apoyo del electorado al plan C no puede ni debe interpretarse como incondicional. Por el contrario, el apoyo es condicional a mejorar la calidad de vida de las personas. En otras palabras, el plan C es lo de menos. Lo que importa son sus efectos.

Es por todo lo anterior que las partes del plan C que no contribuyan de manera directa con mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora deben ser eliminadas. Es importante recordar que los gobiernos de la transición cometieron el error de engolosinarse realizando cambios legales que ellos consideraban muy importantes, pero que en los hechos no mejoraban la calidad de vida de las personas. El resultado fue su desgracia. Sería imperdonable que el obradorismo cometiera el mismo error.

Las cámaras de eco existen no solo dentro de la oposición, sino también y con cada vez más fuerza dentro de Morena. Ante ello, es crítico que Morena abrace su responsabilidad y reconozca el mandato que recibió en las urnas. Para ello, es imperante que los liderazgos diferencien entre las políticas que verdaderamente hicieron exitoso a Obrador y que la gente refrendó en las urnas. Es decir, aspectos como la política laboral, social y comunicativa. Y las políticas que López Obrador considera que lo habrían hecho aún más exitoso, como el plan C, pero que en realidad no sabemos.

El plan C debe tener por único faro mejorar de forma concreta la vida de la gente. Todo aquello que no lo haga debe ser purgado y utilizado como carta de negociación para avanzar en las reformas que sí lo hagan.
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