Resultó patito el Pirata

LíneaCaliente   Edgar Hernández*
 
De pena aleja el legado de Cuitláhuac García.
A la suma de corruptelas y millonarios desvíos en su mandato se suman los estadios Luis “Pirata” Fuentes y el denominado “Nido del Halcón”, en cuya remodelación y construcción se invirtió la friolera de mil 900 millones en el primero y mil 68 millones en el segundo por cierto abandonado en una colonia perdida de Xalapa.
Evasivas han sido las respuestas de la señora Nahle.
Cada vez que se le toca el pasado reciente le da grima. Deja trascurrir un sospechoso tiempo de espera en apelo al olvido, en apostar a que pase la ola mediática.
El problema es que en el día a día continúan explotando en sus manos los problemas de la herencia maldita.
Por estos días tocó al “Pirata” Fuente pasar al patíbulo.
Tras la apertura del Estadio se puso al descubierto la riesgosa deficiencia en la remodelación del recinto que presenta errores que ni un media cuchara o soldador de barrio acometen como son la instalación de asientos incómodos, barandales endebles, muros sin terminar, baños inundados, deficiencias en la cancha.
Lo que más sorprende es que hay una parte de las gradas la visibilidad hacia la cancha es limitada a donde hay que llevar una TV portátil para ver el partido, no se ve más que una parte de la cancha.
Entre las denuncias se incluyen además el señalamiento de áreas donde las escaleras de acceso no coinciden con los escalones y que no hay los accesos de salida de emergencia.
A todo ello Rocío Nahle simplemente responde que «Si esto tiene algo fuera de diseño, pues lo tienen que corregir, nada más».
Algo parecido se le escuchó cuando habló de la imposición del rector de la UV en donde se cuestionó la autonomía de la institución y la parcialidad de la Junta de Gobierno en la reelección de Martín Aguilar con un “¡Allá ellos!” como si la autonomía fuera una soberanía o un estado independiente como el Vaticano… ¡Allá ellos!”, fue la insólita respuesta.
El caso del “Nido del Halcón” es más bien el broncón del nido de la corrupción.
Con una inversión arriba citada de mil 68 millones quedó a medias; con accesos sin completar, ubicada en una zona habitacional popular plagada de viviendas y comercios ambulantes, así como calles sin pavimentar lo cual resulta imposible para el acceso de la afición y el tránsito vehicular.
Enfrenta además otro problema.
No puede ser terminado porque se necesitan otros 200 millones de pesos. Es un sobrecosto que el gobierno entrante se niega a pagar en la misma proporción que investigar o dar a conocer a la opinión pública el millonario robo en despoblado.
La corrupción y retrasos en su construcción y entrega, los múltiples cambios de nombre y la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos, así como la entrega irregular del inmueble a particulares, han demorado el proyecto.
Por si ello no fuera suficiente el “Nido del Halcón” fue construido en una propiedad privada cuya persona que se ostenta como dueño con escrituras en la mano detuvo la obra hace dos años por órdenes de un juez.
Por ello y un sinfín más de irregularidades y sospechas de corrupción, la gobernadora ordenó suspender todos los pagos a la empresa contratista particularmente por las dudas sobre la legalidad del predio.
“Mientras yo no tenga el resolutivo, no voy a pagar ni un peso. No me importa que nos tardemos más, pero debemos ir a lo seguro”, afirmó.
¿Qué es lo seguro?
Pues lo seguro, seguro es que ahí está el elefante blanco sin caminar luego de casi dos años de estar parada la obra.
Lo seguro, seguro es que los primeros constructores ya se retiraron y que el proyecto que inició en 2022 a cargo de la empresa Checa S.A. de C.V., propiedad del empresario Manuel Fernández Chedraui, con un presupuesto de 231.9 millones de pesos, concluyó en marzo de 2023 dejando un tiradero.
Lo seguro, seguro es que en la segunda etapa, que se firmó el 8 de mayo de 2023 con un monto de 496 millones de pesos, no fue entregada en tiempo y forma a pesar de que su finalización estaba prevista para el 31 de mayo de 2024.
Y lo seguro, seguro es que en el tercer contrato firmado el 28 de octubre de 2024, un mes antes de concluir la administración de Cuitláhuac García, se entregaron a la constructora 230 millones de pesos.
En dicho contrato se establecía que la construcción y equipamiento debían estar listos para el 30 de marzo de 2025, fecha que tampoco se cumplió.
El caso es que nadie sabe, nadie supo.
Nadie se hace responsable y la corrupción se integra al quehacer político diario como parte de una cínica y abierta gobernabilidad.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo